Pollito (Chriserick)

Cientocuatro

El viaje habia sido de lo más agradable. En donde un somnoliento Erick tenía la cabeza apoyada en el hombro del mayor y en donde el ojimiel apoyaba su cabeza en la contraria, estando ambos muy juntos.

Cuando por fin habían llegado a Loja, ambos salieron con sus maletas en mano y llamando a un taxi se dirigieron hacia la casa de castaño.

Erick estaba más que ansioso. No podía creer que estuviera a punto de conocer a la familia de Christopher. La curiosidad estaba al tope y se mordía las uñas por su nerviosismo.

El mayor al notar aquel acto tomó las manos del pelinegro, enlazándolas y acariciándolas.

-Morderte las uñas te hará daño. No lo hagas.

El ojiverde sonrió, apretando la unión de su mano con la del pálido y tratando de concentrarse en lo bonito que era Ecuador.

El vehículo paró en frente a una casa de tamaño moderado. No era grande, pero tampoco era chica; simplemente acogedora y cálida.

Christopher pagó por el recorrido y bajaron del taxi, caminando y estando cada vez más cerca de la entrada.

-Ya pollito. Estás temblando.

-Estoy nervioso... ¿Y si no les caigo bien?

-Ni que fuera a llevarte para proponerte matrimonio.

El castaño se dio muy tarde cuenta de lo que había dicho, viendo después como Erick le miraba con los ojos abiertos. Ambos apartaron la mirada con un fuerte sonrojo, tratando de ver que el césped era de repente era más interesante que cualquier cosa.

Por fin se encontraban frente a la puerta de la casa. Con fuerza, el pálido dio tres toques esperando a que alguien abriera.

-Sandra si eres tu largo. Te he dicho mil veces que no me interesan esos catálogos de avon...

-Por Dios...- dijo el ojimiel en un susurro mientras cerraba sus ojos avergonzado. Erick reía en silencio hasta que al fin la puerta se abrió.

Una mujer delgada con cabellos negros abrió la puerta. Miró al frente y en su boca se formó una "O" mientras se llevaba sus dos manos a la boca por el asombro.

Christopher sonrió orgulloso y abrió los brazos en señal de abrazo- Hola, mamá.

Sin embargo lo que obtuvo fue una cachetada en su mejilla derecha.