Cincuenta

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Erick no tenía dudas de que aquel chico era el amor de su vida.

El tan solo verlo le parecía lo único en su universo.

Y cuando le pidió salir con él, el corazón de Erick revoloteó y muchos corazones aparecieron a su alrededor.

No sabía que tan bien estaba, pero sabía que daría todo el mundo para su Tomás.

La forma en la que Tomás se confesó ante Erick le había parecido muy hermosa.

Erick se hallaba en el salón en hora de recreo. El timbre había sonado y Erick había olvidado su termo con agua en el salón. Yoandri había prometido separarlo una mesa para cuando él llegará.

Cuando había conseguido por fin tener su termo en sus manos, había sentido unas manos en su cintura, espantándolo ante el tacto. Dio un brinco asustado y se alejó del chico aún desconocido.

Al voltearse, vio como Tomás se disculpa por haberlo asustado. Una boba sonrisa apareció en su rostro al ver al chico frente a él, pues no podía poder creer que alguien como Tomás Pierce le haya hablado o siquiera se haya dado cuenta de su existencia.

—Bueno... vengo planeando esto desde hace mucho tiempo.

Los ojos de Erick habían brillado de la felicidad al escuchar las palabras del chico frete a él.

"—¿Te gustaría salir un día de estos?"

Pollito (Chriserick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora