Cuarentayuno

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La piel del pelinegro brillaba debido al sudor que caía de su frente, su pelo se encuentraba mojado por lo mismo. Los cuerpos de ambos se encuentraban agitados y sus respiraciones eran pesadas.

Erick se regocijó de satisfacción al sentir las estocadas del mayor. Profundas, lentas. Hacían que su cuerpo se moviera en espasmos por completo.

Christopher daba estocadas fuertes y cada vez las volvía más rápidas. Le encantaba ver como Erick sacaba sus melodioso gemidos de su boca, sintiendo el éxtasis a flor de piel.

El castaño trataba de hacer disfrutar a su pollito al máximo. Sonreía ladinamente y con orgullo al ver que su objetivo estaba cumpliéndose; las expresiones de Erick le fascinaban de sobremanera, haciendo que su excitación subiera más de lo que ya lo hacía.

La mejilla del ojiverde se encuentraba pegada a la almohada, dejando su trasero respingado a la merced del mayor. Sus piernas estaban debilitadas. Flaqueaban debido a los tres orgamos que había tenido en esa noche. De sus rosados labios salían gemidos y jadeos, al sentir a Christopher entrar dentro de él le encantaba en millones de idiomas.

Le entregaba todo de él, cada pequeña parte escondida dentro él le estaba mostrando y dándosela al ojimiel; dejando que su lado sumiso dejara verse.

C-Chris... a-ah...— ambos estaban cerca de su cuarto orgasmo y lo sabían— M-más... ¡A-aah! ¡Más f-fuerte!

—M-mierda pollito... e-estás muy... apretado.

Christopher obedecía cada cosa de lo que decía Erick, y en este caso no fue la excepción. El castaño tomó las caderas del menor y comenzó a mover las suyas en un vaivén más fuerte y rudo, dejando oír el choque de ambas pieles.

Erick gritó, no callaba ninguno de sus gemidos. La satisfacción recorrió todo su cuerpo hasta la punta de sus pies. Apretujó las sábanas con ambas manos y movió sus caderas al mismo tiempo que las de Christopher, dándole una sensación más placentera.

El menor terminó chorreando de semen las sábanas y parte de su abdomen, sintiendo el orgasmo más delicioso.

Christopher siguió empujándose buscando su propio orgasmo, haciendo que Erick temblara por la sobre-estimulación.

A los segundos, Christopher se vino en el interior del ojiverde, chorreando su semen dentro de él e incluso escurriéndose por los muslos del menor, quien aún se encuentraba tembloroso por el orgasmo y el placer.

El mayor sacó lentamente su miembro, haciendo que Erick formara un puchero con sus labios, pues la sensación de estar vacío no le gustaba.

Christopher al ver esto soltó una risita y con su palma azotó el trasero del menor, sacándole un sonoro gemido.

Erick comenzó a mover sus caderas, acercándose cada vez más al ojimiel.

Este al ver la desesperación del ojiverde sonrió ladinamente e introdujo uno de sus largos dedos en el interior del contrario, mientras que con su mano libre estrujaba y moldeaba el trasero de Erick.

—A-aah... Chris...

Dos dedos.

Eres un delicioso bombón...

Tres dedos.

Aa-aah... p-por favor... más...

Erick cerró fuertemente los ojos, dejándose llevar por la placentera sensación de los dedos largos de Christopher en su interior.

Pollito (Chriserick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora