Sesentayuno

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—¿P-por qué lloras? y-yo debería ser el único q-que este llorando.

—¡Porque tú estás llorando!— el ojimiel sorbió de su nariz y abrazó al pelinegro, poniendo la cabeza del menor en su pecho mientras le acariciaba el pelo.

Después del relato sobre como había sido la tóxica y mala relación con Tomás, Christopher le había abrazado muy fuerte y había llorado con él.

—Erick, escúchame— lo separó de su pecho y tomó sus mejillas, acunando su rostro y haciéndole verle directamente a los ojos— Eres el ser más precioso, valioso y fuerte de la tierra. Eres bueno, eres inteligente, eres importante.

—¿Eso no es de...?

—Silencio. Fue lo que se me quedó de aquella película que me obligaste a ver— Erick rió levemente, sacándole una sonrisa al mayor— Erick...

—Escucha, no necesito tu lastima... sé que...

Los pulgures del pálido fueron hacia la boca del menor, callándolo y estujando aquellos carnosos labios.

—Erick, en este momento quiero ir a cortarle las bolas a esta gran hijo de perra, y créeme que lo haré— el ojiverde abrió la boca para protestar, pero el mayor lo detuvo— Quiero decirte que eres la persona más bella, valiosa y pura que he visto en el mundo entero— sonrió dulcemente al chico con lágrimas en los ojos y mejillas sonrojadas. Pasó sus pulgares por los mofletes del menor y limpió sus mejillas— Eres especial, por favor nunca dejes que alguien te haga sentir menos como ese hijo de puta lo hizo. Vales más de lo que crees y si tengo que decírtelo sin parar cada minuto para que no se te olvide lo haré, no dudes de eso pollito.

—Chris...

—Te...

Christopher calló, razonando lo que estuvo a punto de decir.

—¿Me...?

—T-te... te...— maldijo su tartamudeo internamente— ¿Te... gustaría ir a comprar helado?

Pollito (Chriserick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora