Pollito (Chriserick)

Final

—C-Christopher... yo...

El ojimiel no dejó terminar al menor. Corrió hacia el ojiverde y lo estampó en la pared más cercana, haciendo que el gorro que llevaba Erick se cayera en el impacto y atrapándolo en un fogoso beso lleno de pasión y amor, acción que hizo que una corriente eléctrica recorriera la espina dorsal de ambos chicos.

Christopher tomó posesivamente las caderas del menor, juntándole lo más que podía mientras Erick llevaba sus manos a los cabellos castaños/dorados del contrario, enredando sus dedos en estos y acercando sus cabezas más y más.

Los corazones de ambos palpitaban al cien, felices y sorprendidos al ver que nadie había detenido el beso y sabiendo que los dos lo anhelaban.

—Erick...— la voz del mayor hizo al ojiverde temblar de satisfacción. Ronca y grave, sus respiraciones agitadas chocaban al igual que sus narices—¿Qué estabamos esperando exactamente?— tomó con sus dos manos venosas el rostro del menor, juntando sus frentes y razando sus labios—¿Por qué tuvimos que esperar exactamente a que un niño de 5 años nos lo diga?

Erick suspiró y cerró sus ojos por un momento—No quiero perderte... no quiero quedar en malos términos si esto llega a terminar y...

Christopher le calló, chistándole—"Esto", será lo más hermoso, pollito— besó la comisura de sus labios, bajando lentamente por el mentón y cuello dejando un recorrido de besos—Me he guardado tantas ganas de estar contigo como algo más...

La respiración de Erick se encontraba entrecortada, sintiéndose en el cielo con cada beso y caricia que dejaba el castaño—Yo también...

Christopher conectó su mirada con el menor, transmitiendo la lujuria, deseo y amor que habían vivido con él resguardados durante mucho tiempo.

—Déjame demostrarte cuanto te deseo en mi vida.

Erick perdió el control con esas simples palabras.

Se abalanzó hacia Christopher, besándole y enrrollando sus brazos en su cuello, abrazándole y acercándose más. El castaño propinó un golpe en el trasero de Erick, haciendo que este enrrollara sus piernas en las caderas del mayor, quien le llevaba cargado sujetándolo de los glúteos, apretándolos y moldeándolos a su gusto, dándole más placer a contrario.

+18, (quedan advertidas)

Con pasos rápidos y sin perder el fogoso beso que se llevaba a cabo, Christopher subió cargando a Erick a la habitación de arriba, la cual se encontraba limpia y ordenada.

Con la espalda de Erick abrió la puerta y la cerró de un portazo con su pie, sin preocupaciones de poner seguro, pues su madre no regresaría pronto.

Se tumbó junto al menor en la cama, ambos quitándose rápido los zapatos, como si no aguantaran tenerlos ni un minuto más. Apresó su cuerpo con su dos manos apoyadas a los lados de la cabeza del pelinegro, quien al cortar el beso se encontraba con los belfos hinchados y rojos, con saliva cayendo de estos por el apasionado beso. Su cuerpo bañado en su dos iba de arriba a abajo, pues su respiración era tan agitada que se sentía sofocar con todas las prendas que llevaba de invierno. Las mejillas estaban de un fuerte color carmesí y sus ojos no dejaban de tener contacto con los del mayor.

Una jodida obra de arte.

Christopher se deleitó con la imagen que tenía debajo de él, enamorándose más y haciendo crecer una notable erección en sus pantalones que comenzaba a doler.

—¿Cómo puedes lucir tan tierno y tan jodidamente sexy al mismo tiempo? ¿Eres real?

El castaño quitó el poleron negro y fue desabotonando lentamente cada uno de los botones de la camisa del menor, divirtiéndole como Erick estaba desesperándose.