Cien

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La noche estaba de un fuerte color oscuro, la de un color gris de modo que eran muy notorias en ella, y por si fuera poco, el plenialuno había aparecido ya.

Ambos chicos bajaron de la motocicleta del mayor, quitándose el casco y aparcándola en el enorme estacionamiento de la familia Pérez, donde Javiera era la anfitriona y dueña de la mansión en la que se hacía la fiesta de halloween.

Ambos dieron pasos lentos, encaminándose al lugar que tenía el acceso a la fiesta.

Si las rejas al estilo gótico antiguo del frente de la mansión le habían dado un ambiente espeluznante, al ver los árboles secos en todo el espacio verde del hogar y que la única iluminación sean las dos lámparas colgantes que se encuentraban a ambos lados de la gran puerta lo era más.

Erick dio un salto al escuchar el sonido de un búho en medio de aquel aterrador silencio. Christopher se sobresaltó de igual manera al ver a Erick asustarse, dándole un golpe en la nuca.

—Mierda pollito, no asustes que parece que aquí cortan pitos.

El menor le miró con el ceño fruncido y siguieron caminando- el trayecto del estacionamiento hasta la puerta principal era largo- hasta por fin llegar a la esperada entrada, donde tenían a sus costados dos esculturas de lo que parecían ser ángeles con miradas extremadamente aterradoras. En medio de la puerta se encontraba una aldaba hecha de fierro, la cual tenía a un león como figura.

—Hasta este punto... creo firmemente que la chica en realidad es un vampiro.

Erick tomó la aldaba y la hizo sonar, indicando que quería el paso al lugar.

Nada.

Ni un movimiento.

El ojiverde observó un interruptor, sacando la conclusión de que ese era el timbre. Al presionarlo los compañeros de departamento dieron un respingo asustados al escuchar el sonido de la melodía medieval del órgano, juntándose cada vez más debido al terror.

El sonido de unos pasos de tacon se hacían escuchar cada vez más.

Lentos y sonoros.

La puerta comenzó a abrirse lentamente, haciendo incluso el sonido chillante más largo de la historia.

Se abrió y de esta no había salido nadie.

—Esto tiene que ser una maldita broma...— dijo el castaño, observando aún en su lugar como niebla empezaba a propagarse.

—Chris...

Los dos chicos dieron un paso, sin entrar  la mansión por completo. El menor se inclinó tratando de ver en el interior a alguien o algo, sin tener resultado alguno.

—Oye... ¿seguro que la dirección esta correc...

El sonido de un grito ahogado lleno de desesperación y sollozos llegó sin previo aviso, haciéndolos sobresaltarse y gritar, pegando al acto sus cuerpos y abrazándose con mucho nerviosismo en terror.

Y luego una máscara apareció frente a ellos.

—AAAAAAAAAH LA MIERDA.

La risa estruendosa de Javiera se escuchó. Esta reía sin parar mientras retiraba la máscara de su rostro, incluso limpiándose las lágrimas que salían debido a las carcajadas.

—¡D-debieron ver s-sus caras!

Los chicos frente a ella seguían abrazados muy juntos, con los ojos abiertos como platos al ver que era una simple broma.

Parecían dos gatos asustadizos.

—Ahh que bruja graciosita... has de haber desayunado pene de payaso.

Pollito (Chriserick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora