La mejor sumisa de Christian Grey

III.

¡IMPORTANTE!
Chicxs, como notarán nuestra protagonista ya tiene un nombre.
Ella Sophia Miller. Si leyeron bien la trilogía de fifty se podrán imaginar porqué la estaremos llamando "Sophia", si no recuerdan o no saben, lo aclararé durante la historia de todas formas. Ahora sí, les dejo el capítulo de hoy... xoxo, Persephone.
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Sophia's POV,

Tres horas después me encuentro llegando a la residencia de los Grey. Vaya casa... o mejor dicho, mansión. Saco mi celular del bolso que he traído y marco a Elena, debe estar furiosa por lo tarde que he llegado.

-Hasta que apareces -responde seria.

-Lo siento, es que...

Me quedo frizada por la voz que escucho al otro lado de la llamada. Es él.

-¿Elena?

Escucho cómo le llama y Elena le saluda a él y a "Anastasia".

-Señora. Lincoln –dice seria la voz de una femina que supongo es Anastasia.

-Puedes llamarme Elena, si deseas.

-Prefiero continuar con la educación –responde de forma retante.

-Oh, bueno, si así deseas.

Pobre Elena, en mi vida la había escuchado tan incómoda. De seguro ha de estar aguantando responderle de mala manera a Anastasia. Porque si estoy segura de algo es que Elena tiene su carácter, y muy fuerte que es.

-Te ves muy bien esta noche, Elena –dice el señor Grey educadamente-, pero creí que no vendrías.

-Es que cambié de opinión, no podía perderme esta cena.

No creo que haya sido buena idea venir hasta acá, no creo ser capaz de enfrentarlo. Mucho menos sabiendo que está acompañado por alguien a quien quiere, que quiere de verdad.

-¿Esperas a Isaac? -pregunta el señor Grey.

-No, de hecho espero a alguien que se ha tardado demasiado...

Cuelgo la llamada y decido esperar diez minutos más antes de entrar. Quizás así el señor Grey se retire y no tenga que verlo tan pronto al llegar.

Los diez minutos pasan volando y me debato si espero otros diez antes de entrar, pero sé que eso solo desataría más furia por parte de Elena y no es algo con lo que quiero lidiar en estos momentos. Además, las recepcionistas que hay en la puerta ya me han brindado varias miradas expectante a si voy a entrar o no.

Entro a la residencia y me escoltan a un salón donde están todos reunidos. Veo que muchas de las personas llevan, ¿máscaras?

Me sigo adentrando al salón hasta que logró ver a Elena usando su celular, no se me hace complicado reconocerla así que camino hasta llegar a ella.

-Aquí estoy -murmuro y sonrío de lado.

-Eso veo, son más de las nueve, ¿dónde estabas? –pregunta Elena seria.

-Lo siento, es que había un accidente cerca de aquí, no pretenderás que camine sola en la noche –alzo una ceja.

-Odio la impuntualidad –me mira enojada detrás de la gran mascara que tiene.

Ignoro su comentario y observo alrededor.

-No me dijiste que era un baile de máscaras –la acuso.

-Porque te traje una –extiende una máscara dorada hacia mí.

-Es hermosa –susurro-, gracias.