XXXVI.

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¡ATENCIÓN!

RECOMIENDO DISCRECIÓN CON ESTE CAPÍTULO. SE TOCAN TEMAS DELICADOS.
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Sophia's POV,

El camino hacia el consultorio del Dr. Flynn fue uno bastante rápido. No sólo porque no había tráfico sino porque Taylor condujo a toda prisa, tal como se lo pidió Christian.

Al llegar, su recepcionista nos dejó entrar inmediatamente a su oficina. Como siempre John se muestra muy profesional y atento con nosotros. Me ofrece aque tome asiento y eso hago, mientras que él y Christian permanecen en la puerta hablando.

Sé que no me estoy controlando como quisera, pero se me hace muy difícil hacerlo con la presión de Christian. Sé que quiere que Victoria pague por lo que me hizo, también quisiera que pague, pero no podría con la vergüenza de que todo esto salga en los noticieros y me arruine la feliz vida que llevo con Christian. Todos sabrían lo que pasó, todos me señalarían. Y no puedo enfrentarme a eso, no puedo volver a temer de esa manera.

Además, sé que si Christian llegara a ver lo que viví, no será capaz de mirarme a los ojos jamás. No es lo mismo que sepa lo que le he contado, obviado detalles que no puedo siquiera hablar, a ver todo y que vea cuan real era el infierno que pasé.

El sonido de la puerta cerrándose me saca de mis pensamientos y veo que Christian se ha marchado.

-¿Christian se fue?

-No. Está afuera, en la sala de espera.

John se sienta detrás del escritorio y tras poner sus ante brazos sobre este, entrelaza sus manos y habla:

-Sophia, Christian me contó lo que está sucediendo. Está muy preocupado por ti y siente que necesitas desahogarte, ¿te gustaría que habláramos?

-Sí, da igual -suspiro y me alzó de hombros-. ¿Qué quieres saber? –pregunto despacio-

-¿Quisieras contarme como empezó todo?, O quizás, ¿cómo te sentiste ahora mismo? ¿O algo en particular que quieras mencionar? – me mira fijamente-

Una parte de mi me hace dudar si debo contarle o no, pero otra me dice que no tengo nada que perder. Quizás la presión que siento se liberará un poco si le cuento todo.

-Victoria es... es mi madre y me ha odiado desde pequeña.

-¿Alguna vez dijo la razón de su resentimiento contra ti?

-No. Solo repetía que era mi culpa lo que vivía y que merecía pagar por lo que hice. Pero nunca entendí a qué se refería.

-¿Tienes alguna memoria con ella donde no te maltratara?

-No, bueno, en mis cumpleaños se portaba como una... como una buena madre.

Recuerdos cruzan mi mente y no puedo evitar que se me derramen unas lágrimas.

>>Recuerdo mi cumpleaños número seis, recuerdo pensar que se veía hermosa con el vestido que llevaba. Tenía la misma versión de mi vestido de cumpleaños y eso me hizo sentir una gran emoción. Pero ese sentimiento se esfuma cuando recuerdo la bofetada que me dio al descubrirme comiendo pastel en la madrugada.

-¿Siempre recurría al maltrato físico?

-Si lo que yo hacía la enfadaba demasiado, sí. A veces era maltrato verbal. Pero siempre me trataba mal.

>>Claro, que no lo hacía frente a mi padre, siempre era a sus espaldas. Mayormente cuando se iba de viaje  –suspiro-. Siempre creí que ella planificaba todo, porque sus golpes eran fuertes y me marcaban demasiado. Cuando me pegaba era como si practicara con un saco de boxeo, pero siempre tenía la excusa perfecta cuando papá preguntaba cómo me había hecho los golpes que tenía –frunzo mis labios-. "Se cayó del columpio", "Un accidente por no hacer caso", "Fue corriendo bicicleta" o la razón por la cual estuve años estudiando desde casa: "Volvió a pelearse en el colegio".

La mejor sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora