LXII.

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Sophia's POV,

Escala - 6:20pm

Suspiro lentamente y trato de buscar las palabras correctas para hacerle entender que no tiene que estar enojado, pero es imposible. Su fría mirada me dice que nada de lo que diga apaciguará la llama de furia que hay dentro de él.

-Respóndeme, Sophia –insiste con una voz baja que lejos de darme tranquilidad me transmite miedo.

-Desde hoy -susurro.

-¿Y cuándo pensabas decirme que estás... -niega y aprieta aún más los mamelucos- que estás embarazada?

Trato de distinguir su tono al decir "embarazada", pero suena a tantas cosas: desilusión, enojo, sorpresa...

-Después de cenar –ajusto la toalla más a mi cuerpo y me muevo incómoda.

Escucho como dice "mierda" y empieza a murmurar cosas que no se le entienden entre dientes. La forma en la que camina de lado a lado me recuerda a un león enjaulado. No hace más que murmurar entre dientes, negar y caminar.

-Christian...

-No -se detiene y me mira con advertencia.

Frunzo mi ceño y tras negar vuelve a darme la espalda. Aprovecho para vestirme a toda prisa y suelto la toalla que cubre mi cabello. Tiro las toallas al suelo y Christian voltea a verme por el ruido.

Así no era que quería que se enterara. Así no era que quería que me vieran sus ojos. Así no era que debían pasar las cosas.

-¿Desde cuándo sospechabas que estabas embarazada?

-No lo sospechaba. Elena hoy lo sugirió y por eso fui al médico. Pensé que tenía un simple resfriado...-me acerco y tomo un poco de agua porque ya casi no se entiende lo que digo-. Y lo tengo, tengo un resfriado y como podrás ver me estoy quedando afónica. Me han recetado vitaminas y otras cosas.

-¿Elena fue la que te llevó al ginecólogo? –pregunta en voz baja y asiento.

>>Te voy a preguntar algo y más te vale ser honesta –me apunta con un dedo índice y asiento.

Christian se lame sus labios y se remueve incómodo como si no quisiera decir lo que está por preguntarme. Alzo mis cejas en señal de que avance y murmura:

-En Grecia, cuando preguntaste por formar una familia, ¿ya sabías que estabas embarazada o dejaste de tomar la pastilla después de la boda a propósito?

-No –murmuro, pero la voz no me sale. Me aclaro la garganta y trato de hablar nuevamente, pero mi voz casi ni se escucha. Suspiro molesta porque este no es un buen momento para quedarme sin voz.

Me acerco un poco a Christian para que me escuche mejor, pero este se aleja hacia atrás. Trato de no mostrar lo que me duele su retirada y susurro lentamente:

-No sabía que estaba embarazada simplemente mencioné que estaba feliz -mi voz se vuelve a perder y aclaro mi garganta nuevamente- de que fuéramos a ser padres en algún momento.

-¿Entonces? ¿Dejaste la pastilla?

-No, no dejé de tomarla. Sí olvidé tomarla en una ocasión cuando estábamos en Capri.

-Olvidaste tomarla –murmura sin gracia y niega-. Simplemente olvidaste tomar la pastilla –me quema con su mirada.

-Sí, olvidé tomarla -susurro.

-¡¿Y no pudiste ser lo suficientemente inteligente como para pedirme que te comprara la pastilla del otro día?! –pregunta alzando su voz-

-No me grites –susurro lentamente-. Y no, lo siento, no se me ocurrió. No es la primera vez que olvidaba tomar una pastilla... -vuelvo a quedarme sin voz y aclaro mi garganta nuevamente-, usualmente cuando lo olvidaba me la tomaba al próximo día sin problema alguno.

La mejor sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora