XIX.

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Sophia's POV,

Al llegar al auto Taylor nos recibe con la noticia de que Anastasia no está en Escala. Lo cual provoca un coraje aún más grande en Christian.

Yo me limito a permanecer en silencio mientras los dos hombres que me acompañan en el auto hablan.

-¿Cómo que Ana no está? –le reclama Christian a Taylor.

-No señor, la señorita Steele no ha regresado al apartamento, pero estoy buscándola –le informa.

-Has dicho que la señorita Steele estaba molesta cuando la sacaste del apartamento, ¿cuán molesta estaba? ¿Estaba molesta lo suficiente como para haber…? –se calla de golpe-

-No creo que se haya ido –le digo a Christian, pero parece no escucharme-, ¿cierto Taylor?

-Bueno, la señorita Steele estaba llorando, pero creo que probablemente era por la conmoción y el alivio que la hizo reaccionar de esa manera. Se sintió aliviada de que el señor Kavanagh resultara ileso. Así que cuando él le propuso ir por una copa, creo que tal vez ella necesitaba ir con él –explica Taylor.

-Si eso es así, entonces ¿dónde carajo están ahora mismo? ¿Has visto a donde han ido? -Christian quema con la mirada a Taylor y este se mueve incómodo mientras maneja-

-No exactamente, señor. He estado en todos los bares públicos de la zona para ver si puedo localizarlos, pero no he tenido suerte –hace una mueca.

-Es mejor seguir buscando una vez me dejes de nuevo en Escala. Voy a esperar allí en caso de que ella regrese.

-Por supuesto, señor. Voy a seguir buscando hasta que encontremos a la señorita Steele. No puede haber ido muy lejos, pero no voy a descansar hasta saber que está a salvo. Era mi responsabilidad el garantizar su seguridad, y sé que les he fallado a ambos hoy. Debí haber previsto que la señorita Williams -Leila- podría suponer cualquier tipo de amenaza como lo hizo, por lo que entiendo que quizás necesite mi renuncia por incumplimiento de deber… -su voz se quiebra pero se aclara la garganta.

Miró rápidamente a Christian y este me devuelve la mirada, niego lentamente tratando de decirle que no puede despedirlo y parece entender mi mirada.

-Simplemente encuéntrala, Taylor. Eso es todo lo que importa. Nadie sabía cuan enferma estaba Leila, o hasta donde estaba dispuesta a llegar. No necesito tu renuncia. No vamos a hablar de eso otra vez, lo que me importa es tener a la señorita Steele de vuelta sana y salva.

Dos horas después,

Llevamos dos horas y unos minutos tratando de localizar a Anastasia. Bueno, más bien Christian y Taylor -junto a otros empleados de seguridad- llevan dos horas tratando de localizarla, pero no han dado con ella.

Me encuentro sentada en uno de los sofás del salón principal viendo cómo Christian de mueve de un lado del salón a otro mientras nuevamente habla por teléfono con Taylor.

De pronto las puertas del elevador se abren y aparece Anastasia.

-Está aquí –dice Christian a Taylor y cuelga la llamada.

—Joder, gracias a Dios –murmura Ana.

-Iré a mi habitación –me pongo de pie y camino en dirección hacia donde me estoy quedando, pero cuando estoy entrando al pasillo que da hacia las habitaciones, una mano me toma con fuerza y me esconde tras una pared.

-Sh -dice la señora Jones y pone su dedo índice sobre sus labios-. Sé que está mal escuchar -susurra-, pero debemos hacerlo. La última vez que la señorita Steele dejó al señor Grey, él se puso muy mal y puede que esta vez nos necesite. Taylor no está y fue él que logró controlarlo la última vez, así que quizás usted podrá ayudarme si algo sucede –me explica con rapidez y yo asiento.

La mejor sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora