La mejor sumisa de Christian Grey

LXI.

Sophia's POV,

Escala - 1:16pm

La luz del sol me molesta cuando me volteo hacia la derecha y frunzo el ceño. Estoy más que segura de haber cerrado las cortinas anoche antes de dormir. Suspiro mientras protesto con fuerza mientras débilmente quito las sábanas que me arropan para levantarme y cerrar la ventana.

Restriego los ojos y parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz. Al levantarme siento un leve mareo y me quedo unos segundos de pie tratando de recuperar el equilibrio. Camino con cuidado hasta la ventana y cierro las cortinas nuevamente.

-Oye, ahora no puedo leer nada.

Suelto un grito ronco ante la sorpresa que me he llevado por la voz y volteo para ver a la rubia. Elena está sentada en un sillón al otro extremo de la habitación. Con movimientos elegantes cierra la versión de "Vogue" que tiene en sus manos y enciende una lámpara que está a su derecha.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo haz entrado? -murmuro con mi voz ronca.

-Dios, ¿qué le ha pasado a tu voz? -murmura haciendo una mueca de disgusto y ruedo mis ojos.

-Estoy enferma, he perdido un poco la voz. Deberías irte, puedo contagiarte.

-Christian me ha dicho que no respondes sus mensajes y quería que pasara a ver cómo sigues.

-Sigo igual de enferma, más tarde le llamo -susurro y me acuesto.

-¿Haz ido al médico?

-No.

-Sophia, tu suegra es doctora. No puedes andar por ahí con germenes cuando tienes los recursos para estar sana.

-Es sólo un resfriado. Nada que no se alivie con unas sopas y un poco de ibuprofen.

-¿Tienes fiebre?

-Sí.

-¿Te duele el cuerpo?

-Sí.

-¿Tienes dolores de cabeza?

-Sí -repito más bajito y suspiro molesta ante su interrogario.

-¿Y te han dado mareos?

-S... -me siento en la cama y niego- Sé por dónde vas y no, no estoy embarazada.

-¿Haz vomitado?

Siento como un nudo se forma en mi garganta y asiento.

>>Sophia -murmura poniéndose de pie y se sienta a mi lado.

-No puedo estarlo -niego y tomo mi celular.

Abro la aplicación donde tengo mi calendario menstrual y veo que sí he tenido mi período.

-¿Estás tarde? -pregunta suavemente y niego.

-No -sonrío-, sabía que no lo estoy. He caído, lo recuerdo, fue mientras estábamos en Grecia.

-Oh, bueno, pues es un alivio. Después de que no hayas olvidado tomar tus pastillas todo estará bien.

La sonrisa que tengo se desvanece cuando recuerdo que en la semana que estuvimos en Italia olvidé tomar la pastilla, pero la tomé inmediatamente cuando me dí cuenta que le había olvidado.

-Te tomaste las pastillas, ¿no?

-Sí, pero sólo olvidé tomarla una noche.

-Una vez que lo olvides es suficiente para quedar embarazada –dice seria.