La mejor sumisa de Christian Grey

XXVI.

¡ADVERTENCIA!

El capítulo toca temas muy delicados sobre el maltrato infantil, recomiendo discreción.

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Christian's POV,

Oficina del Dr. Flynn,
9:30am

Durante el desayuno con Sophia recordé que tengo pautada una cita pautada con John. Tenía que venir a verle, han pasado tantas cosas en los últimos días que tengo que sacarlo todo de mi pecho.

Además necesito un poco de su ayuda para averiguar qué es lo que siento por Sophia. No creo que sea amor, pero hay algo que me hace no querer ser solo su dominante.

No le dije a Sophia que vendría a ver a John. Sé que mentir no es nunca la mejor solución, pero es mejor que piense que simplemente fui a la oficina a firmar unos documentos. Sé lo poco que le gustan los psicólogos. Además, estábamos teniendo un muy buen momento para arruinarlo trayendo a la mesa mis problemas en los últimos días. No quería arruinar la felicidad que llevaba.

Una dama pelirroja sale del despacho de John. Lleva los ojos hinchados y la nariz rosada. Ha de ser una paciente. Tras ella sale John quien se sorprende al verme sentado esperando mi cita. Nunca hago esto. Usualmente llego tarde a las citas.

-Christian –me saluda John sorprendido-. Pensé que no vendrías –dice mirando el reloj-, has llegado temprano. Ven pasa.

Entramos a su oficina y tomo asiento donde siempre.

-¿Qué tal todo?

-Increíble -sonrío enormemente.

-¿Qué significa esa sonrisa? –alza una ceja-

-Estoy feliz. Siempre has dicho que debo sonreír, así que te estoy tomando la palabra.

-Me alegra que así sea, pero –se recuesta del espaldar de su silla-, ¿puedo saber por qué?

-Una mujer.

-¿Anastasia volvió?

-¿Qué? -frunzo mi ceño- No, y por mí que no vuelva jamás. Es Sophia –sonrío al decir su nombre- quien me tiene feliz.

-Oh –sonríe-, ¿qué ha pasado con ella?

Entre John y yo no hay secretos, él sabe todo de mi así que siempre le hablo sin tapujos. Esta vez no será la excepción:

-Ayer y hoy tuvimos los mejores orgasmos de nuestras vidas. Es tan única e increíble.

-Espera, espera –se endereza en su sillón- ¿Te acostaste con ella?

-Sí. Y sé que es algo que quizás no me recomendarías así que esa parte de tu monólogo la puedes cortar. Pero fue algo... algo bueno. Muy bueno. De hecho, había olvidado lo bien que se sentía follar con ella.

-¿Y no la llamaste Anastasia esta vez? –bromea-

-No, no la… -me detengo- ¿Cómo sabes que le llamé Anastasia?

-He estado hablando con Ella, sobre tu proceso a raíz del abandono de Anastasia.

Ignoro que le ha llamado... Ignoro que la llamara por el nombre de la puta drogadicta.

-¿Qué te ha dicho?

-Es información confidencial, pero ha sido de muy buena ayuda. Se nota que te aprecia.

Asiento lentamente mientras internamente me pregunto qué le habrá contado Sophia.

-Por cierto, quisiera saber tu historia con Ella. Porque no recuerdo que me hayas hablado de ella alguna vez.