XII.

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Sophia's POV, 

Una vez Christian se marcha puedo fijarme en Anastasia por primera vez, sin ninguna máscara de por medio. 

¡Somos casi iguales! 

Solo nos diferenciamos por las facciones de nuestras caras. Sus labios son grandes y gruesos, mientras los míos más pequeños, pero rellenitos. Sus ojos son un poco más chicos que los míos, aunque yo heredé ojos grandes como mi padre. El color de ojos es idéntico al mío. Estoy completamente ida en un viaje comparándonos físicamente que no me percato de que me está hablando.

-¿Qué has dicho? -frunzo el ceño-

-Te he preguntado, ¿qué hacía Christian en tu habitación? 

Anastasia se cruza de brazos y me mira muy seria. Esta enfadada. Permanezco en silencio varios minutos y cuando alza una ceja me percato que no he respondido su pregunta.

-Estábamos... hablando.

No parece creer lo que digo, pero es la realidad. Sólo hablabamos. Excepto cuando se me cayó la toalla y quedé completamente desnuda, pero eso no se lo puedo decir. Y tampoco le puedo decir que estoy aquí por culpa de Christian. Siento que todo el cuarto gira y Anastasia vuelve a hablar:

-Christian y yo somos felices –murmura con timidez.

-¿Por qué me dices eso?

-Solo quiero que lo sepas –se encoge de hombros-

-No quiero que creas que vine a quitarte a Christian, Anastasia –río levemente, me recuesto de la cama y cierro los ojos-. Si regresé es porque tengo mis propias razones y motivos para regresar.

En parte le miento, en parte no. La realidad es que sí volví por otras razones, pero Christian era la razón principal. Pero ahora que he visto que verdaderamente está con Anastasia como pareja, no se encuentra en mi lista de razones para quedarme.

-Está bien –murmura y la puerta se abre.

Abro los ojos y veo que se trata de Christian. 

-Ya Taylor viene en camino.

-Genial –Anastasia murmura y se sienta en el sillón donde estaba Elena, pero no me mira se limita a jugar con sus dedos.

-¿Deseas algo? –pregunta Christian y veo que me está mirando.

-No –niego y observo mi pierna que está un poco hinchada.

-No quedarán cicatrices, si es lo que te preocupa.

-No estoy preocupada, sé que todo estará bien –murmuro, aunque creo que más bien lo digo para hacerme sentir bien y creérmelo.

Varios minutos después entra Taylor a la habitación. Está vestido como siempre, un traje de vestir negro con camisa blanca. Me pregunto si realmente le gusta lo que lleva puesto. La mano de Christian me saca de mis pensamientos cuando veo que la pasa repetidas veces frente a mi.

-¿Qué sucede? 

-Taylor te ha hecho una pregunta y parece que te has ido de este mundo -su sonrisa es burlona, me alegra saber que le causo risa. Al menos le causo algo.

-Lo siento -susurro y miro a Taylor-, ¿qué me preguntabas?

-Si se encuentra bien.

-Bueno, yo me siento bien, lo juro -pongo mi mano sobre mi corazón-, pero mi pierna no se ve muy bien –hago una mueca.

-Ya se mejorará. Me alegro que dentro de todo, esté bien.

Tras brindarme una amable sonrisa, sin mostrar sus dientes, mira a Christian.

>>Señor, aquí está lo que me pidió –le pasa una mochila-. La señora Jones se encargó de poner cosas importantes, como ropa y cosas para el higiene, para ambos. También tiene su laptop y cargador para su celular.

-La “señora Jones” -digo con burla, por la forma en la que Taylor se refiere a Gail.

-Sophia -Chirstian me mira en forma de advertencia.

-¿Qué?, se llama Gail y se gustan -susurro lo último.

Taylor aclara su garganta y Christian lo mira.

-Gracias por lo que has traído –pone la mochila sobre una mesa.

>> Creo que ya deberían irse a Escala. Ya se está haciendo más tarde y Sophia necesita descansar.

Chirstian observa a Anastasia y ella asiente lentamente. Se pone de pie y va donde él.

-Te voy a extrañar –Anastasia murmura.

-Yo igual -Chirstian asiente y sonríe de lado.

Ya estos dos me están empalagando con su cursilería” dice mi conciencia enojada y yo ruedo mis ojos.

-Bueno, adiós –Anastasia se acerca y le da un beso, o más bien un gran besote. Yo desvío mi mirada hacia Taylor, quien me mira y le sonrío de lado y le hago un signo de paz con mis dedos.


2:47am

Ahí está. Gritando nuevamente, no sé porqué.

Su aliento con olor a whisky y cigarros choca contra mi cara. Trato de no hacer mala cara por el mal olor que tiene, si lo hago se enfada más y me pe...

De pronto sus gritos ya no suenan y las palabras e insultos que salen de su boca no tienen significado alguno. No puedo escucharla, todo lo que puedo escuchar son zumbidos en mis oídos. Me duele la cabeza debido al golpe que acabo de recibir contra el estante de retratos. Caigo al piso y trato de aguantar mi cabeza. Me duele todo. Miro hacia arriba y veo en el estante un retrato de mi papi.

Papá.
¿Dónde estará? ¿Por qué no llega a salvarme? ¿Por qué ella me pega cuando él se va? 

Paso mi mano por donde me duele y hay sangre. La puerta de la habitación se abre bruscamente y aquel hombre entra, se pone frente a mí con una sonrisa que no sé qué significa y ella solo ríe. Él me toma por las piernas y ella se va.

Ahora comienza mi pesadilla. Ahora solo hay dolor… mucho dolor.

La mejor sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora