XLI.

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Sophia's POV,

Miro confusa al francés que tengo frente a mi. De tantos lugares que tiene el mundo, ¿qué hace aquí?

-¿Ella? -frunce su ceño levemente y sonríe- Que sorpresa verte aquí.

-Eso podría decir yo, ¿qué haces en Seattle?

-Oh, negocios. Ya sabes que me la paso viajando. No lo vas a creer, pero he logrado hacer negocios con los Thompsons, ¿los recuerdas? -sonríe y asiento- Resulta que ahora viven aquí, he venido esta noche de acompañante, al parecer conocen a los anfitriones.

-Vaya que bien.

Sé lo mucho que quería hacer negocios con los Thompsons. Tienen una cadena importante de hoteles en los Estados Unidos y en Centroamérica. Diseñar para ellos es un lujo.

-Estás cambiada, Ella. Pero te ves... -suspira-, te has pintado el pelo -señala mi cabello y asiento.

-Sí, así es que se ve al natural.

-Te queda espectacular.

-Gracias.

-Estás preciosa, Ellie, verdaderamente preciosa.

Su apodo hace que por un segundo me crucen una serie de imágenes que no deberían estar en mi mente y me sonrojo al recordar viejos tiempos.

>>Que alegría me da el volver a verte.

De la nada me envuelve en un abrazo y sorprendida le devuelvo el abrazo.

-Igual -susurro y una toz fuerte hace que nos separemos. Al voltearme me encuentro con un Christian muy, muy enojado.

Mierda. Me he olvidado de él.

>>Oh, Christian, él es Jean Waldorf. Hice mi práctica en su firma en París. Jean, él es Christian, Christian Grey...

-Su novio -me interrumpe y estira su mano.

-Vaya, tienes novio -Jean ríe y estrecha su mano con la de Christian-. Mucho gusto.

Christian asiente pero permanece callado

>>Sí que cambian los tiempos -Jean me mira sorprendido.

Sonrío sin mostrar los dientes bastante incómoda. Esta es una de las situaciones más incómodas en las que he estado. Mi ex jefe y dominante conociendo a mi primer dominante, actual jefe y ahora novio. Vaya suerte la mía.

-Debemos volver a la mesa -Christian toma mi mano.

-Sí, fue bueno volver a verte, Jean.

-Igual, luego te envío un correo a ver si coincidimos.

-Claro -asiento y Christian comienza a caminar halándome junto a él.

>>No me he despedido -protesto suavemente.

-Y no lo harás -espeta molesto y llegamos a la mesa.

-¿Todo bien, Sophia? -Grace me mira preocupada-

-Sí, creo que la sopa me cayó un poco pesada -miento y coloco mi mano sobre mi estómago-. Pero estoy mejor -sonrío de lado y ella asiente.

Christian recuesta su brazo del espaldar de mi silla y con la yema de sus dedos comienza a acariciar mi nuca. Le miro y veo cómo me observa fijamente.

Me acerco a su oreja y susurro:

>>Aún estoy molesta por lo de Anastasia.

Se inclina en mi oreja y devuelve un susurro:

La mejor sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora