VI.

8K 494 5
                                    

Sophia's POV,

Ha pasado alrededor de media hora desde que Daniel y yo decidimos alejarnos de todos para conocernos un poco más. Hemos hecho una ronda de preguntas y no puedo evitar sentirme mal por las mentiras que le he contado sobre mi. Pero una vida inventada suena mucho mejor que la que me ha tocado vivir.

-Ahora es tu turno -dice Daniel-, demuéstrame que escuchaste todo lo que dije. Haz un resumen de lo que dije.

-Aquí voy, tu nombre completo es Daniel Augustus Patterson, pero odias tu segundo nombre y no te culpo -ambos reímos-. Tienes 30 años y a pesar de ser tan joven eres dueño de Seattle Bank, una de las franquicias de bancos más importantes en el estado y en el país. Te gusta surfear y navegar. Odias el tenis y te aburre el golf, pero lo practicas porque a tu padre le gusta y sientes que es una buena manera de compensar el no haber estudiado medicina cómo él quería que hicieras. 

>>Estás entre los primeros diez empresarios más jóvenes y exitosos del país. Odiaste la foto que te tomaron para el reportaje de dicho reconocimiento -volvemos a reír-. Tienes dos hermanas, pero solo compartes con una, tu madre lamentablemente falleció, pero alcanzó a verte casado aunque no duraron mucho -me quedo en silencio y le sonrío.

-Vaya…

-Oh, me falto lo más importante -muerdo mi labio.

-¿Qué? Haz dicho todo lo que dije –me mira profundamente.

-Eres soltero –susurro y muerdo mi labio inferior-

-Es cierto –dice en voz baja y asiente-. Voy a ir por unas copas, ¿vienes o me esperas?

-Te espero.

-Bien, no te vayas –me apunta mientras me brinda una sonrisa.

-Aquí estaré –le prometo y veo como desaparece por el jardín.

Nos encontramos en un área alejada, pero podemos escuchar a la perfección la banda que toca. Y por lo que he visto, no somos los únicos que han decidido alejarse. Hay otras parejas han decidido alejarse también del bullicio que hay.

Me encuentro sentada en una banca lamentando el haber tenido que mentirle a Daniel. Parece un buen sujeto. Pero aún no sé a dónde pretendo llegar con este coqueteo. Daniel no parece ser el hombre con el que follas una noche y listo. Hablar con él hace que te imagines saliendo como pareja y eso es algo nunca me ha salido bien. No soy el tipo de mujer que sueña con ser casada y tener hijos. A mi me gusta disfrutar del presente. Y de los placeres que puedo conseguir en el camino. 

-¿Señorita Miller? –pregunta un caballero asustandome y me pongo de pie.

La oscuridad no me permite bien su rostro y él parece notarlo porque se acerca más a mi.

-Taylor –sonrío a ver que se trata de él.

Me hace tan feliz verle. Siempre nos llevamos muy bien y nos teníamos una gran confianza. La cual me costó ganarme. Taylor se convirtió en mi sombra desde que Christian entró a mi vida y terminó siendo un gran consejero, sin dejar nunca a un lado su profesionalismo y su lealtad a Christian. Aunque a veces me cubría con Christian cuando hacía algo fuera de lugar.

Me acerco y nos abrazamos amistosamente.

-Es bueno verla de nuevo, Srta. Miller –dice al separarnos. Nunca logré que me llamara Ella o Sophia como suelen llamarme Christian y Elena.

-Es bueno verte a ti también.

-¿Qué hace por aquí? Es decir, tenía entendido que estaba por Europa.

-Es cierto, estaba por Europa. Pero ya sentía que era hora de volver a casa.

-Entiendo -asiente.

-¿Y qué hay de nuevo? –pregunto, pero somos interrumpidos por un sujeto.

-Señor, no hay señales de la sospechosa por ninguna parte. Además, Barney me ha llamado y me ha dicho que la habían visto por los alrededores de la ciudad.

-¿En qué parte? -pregunta Taylor alerta. Algo no está bien.

-Cerca de una farmacia, pero la han perdido.

-Está bien, Ryan, puedes retirarte.

Ryan asiente y se marcha.

-¿Qué sucede? –pregunto confundida.

-Es información confidencial, señorita  Miller.

Suelto un bufido. 

-Eso me hace recordar lo curiosa que era cuando… -me detengo.

-Se a lo que se refiere, señorita Miller –me brinda una mirada de comprensión.

-Y bueno, ¿qué tal te va con la Gail? –alzo y bajo mis cejas varias veces, haciéndolo reír.

-Nos va muy bien. Tenía razón, señorita, ella estaba interesada en mi –dice un avergonzado y puedo jurar que se ha sonrojado.

-Ay, Taylor, te has sonrojado -suelto una carcajada.

-Señorita –dice en modo de advertencia, pero su tono muestra diversión.

-Oh, vamos Taylor, ambos sabemos que es cierto –sonrío.

-¿Qué es cierto? –pregunta una voz familiar a mis espaldas.

-Nada importante, señor Grey, solo estábamos recordando cosas del pasado –dice Taylor más serio y profesional.

Volteo y siento como Christian me quema con su mirada a traves de la máscara que lleva.

-Taylor, déjanos a solas, por favor –dice seriamente.

La mejor sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora