XXXIV.

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Sophia's POV,

"Solo recuerda algo, digan lo que digan, yo te sigo amando”.

Mi consciencia repite esa frase una y otra vez mientras camino hacia la cocina.

Todavía no creo que Christian me ama. Todo parece tan irreal cuando él dice esa simple palabra: “amor”. O cuando dice ‘Te Amo’.

Entro a la cocina y las risas que se escuchaban en el pasillo cesan, excepto la de Grace.

-Oh, ven, Sophia. Estamos preparando la última de las ensaladas –dice Grace sonriendo-. Kate, ella es Sophia, la novia de Christian –dice Grace explicándole a una rubia, muy hermosa por cierto.

-Sí, he escuchado bastante de ti –dice mirándome seriamente-. Mucho gusto, soy la novia de Elliot –dice sonriendo, aunque parece más una mueca lo que hace.

-Igual, es un gusto –le sonrío.

-Y ya conoces a Mía y a Ana –Grace murmura señalándolas.

-Sí.

Después de esa corta e incómoda presentación, lavo mis manos y comienzo a picar la lechuga, como me ha pedido Grace. Todas hablan entre sí y me siento cada vez más fuera de lugar. No soy el tipo de mujer que le cae bien a las madres de sus parejas. No tengo algo interesante que contar para sorprenderlas. Sólo he conocido una "suegra" en mi vida y la cosa no acabó muy bien.

Me dedico a hacer lo que me han pedido en silencio hasta que la voz de Grace me saca de mis pensamientos.

-Sophia, estás muy callada. ¿Te encuentras bien? –dice con tono preocupado-

-Sí –asiento y le paso la lechuga que he cortado-, estoy bien -le sonrío.

-Genial –sonríe.

-¿Por qué no nos cuentas sobre tu vida? –dice Kate y se cruza de brazos.

-Sí, cuéntanos sobre ti –me sonríe Grace.

-Eh, tengo veintiséis años ya pronto cumplo veintisiete. Tengo dos títulos, uno de arquitetura con un grado menor en administración de empresas y relaciones internacionales. El segundo es un grado menor en arte. No sé qué más decir–río levemente y vuelvo a lavar mis manos.

-Sobre tu familia –sugiere Anastasia.

-Bueno, mi padre falleció hace casi tres años. Tengo un medio hermano, al cual todavía no he conocido. Es hijo de mi padre y pues nunca lo conocí. Prácticamente mi vida la viví como hija única –explico mientras me seco las manos.

-¿Y tu madre? –pregunta Anastasia-

-Mi madre -susurro-… mi madre falleció hace bastante tiempo –sonrío de lado y me recuesto de una pared.

-Lo siento mucho –dice Grace cariñosamente-. Pero bueno, hablemos de algo más feliz. Cuéntame cómo conociste a Christian -sonríe.

Sonrío también al recordar y ante su atenta mirada le cuento.

-La primera vez que me lo presentaron fue cuando estaba en mi último año de escuela superior. Él fue para volverse socio de la junta escolar y yo estaba en la oficina de la directora por una pequeña discusión que tuve con un profesor –río recordando y Grace ríe también-. En fin, nos presentaron y luego me fui a mi salón de clases. Pero en una reunión de mi padre, en la cual celebraba mi cumpleaños, mi padre nos volvió a presentar y nos hicimos amigos. Fuimos amigos hasta que me fui a Inglaterra a estudiar –explico.

-Y en ese tiempo en el que no estuviste, Christian conoció a Anastasia y eran felices –dice Mía seria y cuando Grace la mira, cambia su cara de seria a una con sonrisa... falsa.

La mejor sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora