La mejor sumisa de Christian Grey

XVIII.

Sophia's POV,

-Sophia, mírame.

El Amo habla y obedezco. Le miro fijamente desde el suelo y puedo sentir que su voz, aunque suena calmada, esconde toda la furia que siente.

Un pensamiento de Christian azotándome mientras se libera de toda esta tensión corre fugaz por mi mente.

Si Leila fuese sumisa habría recibido un fuerte castigo. Ha cruzado todas las líneas y ha roto todas las reglas.

Por primera vez siento que los ojos grises del Amo no trasmiten frialdad, sino todo lo contrario. Calor, pero calor de un coraje inmenso. Un coraje que no he provocado, pero que de alguna manera me ha arropado a mi también.

-Ponte de pie –ordena el Amo/Christian.

Rápidamente obedezco y me levanto. Mi pierna se queja, pero lucho contra el dolor que siento.

-Ve al baño y prepara la tina. Vamos a darle un baño a Leila, ¿entendido?

-Si, maestro. 

-Ve. 

Rápidamente busco dónde queda baño y hago lo que me ha pedido. 

"¡Deja de comportarte como sumisa! ¡No lo eres!" me grita mi conciencia, pero la ignoro.

-¿Está todo listo? –pregunta el Amo desde la sala-

-Sí, señor. 

El Amo llega junto con Leila y mirándola dice:

-Leila, Sophia te ayudará a bañarte. Cuando termines de ayudarla, me llamas –asiento y él me entrega una ropa-. Asegúrate de que se vista con esta ropa, estaré en la sala haciendo una llamada.

El Amo se marcha y quedamos solas en el baño. 

-Ven, vamos a bañarte. 

-Ves, el Amo está de vuelta –susurra con emoción. 

-Sí –asiento, aunque sé que no es así.

Tras ayudar a Leila a desvestirse, dejando únicamente las vendas en sus muñecas puestas, me encuentro sentada en el borde de la tina. Leila está de espaldas a mi y puedo ver hematomas en su espalda. Parece haberse golpeado muy fuerte o quizás la golpearon.

-¿Por qué estás tan desarreglada? -echo agua por sus hombros- Sabes que al Amo no le gusta que estemos desarregladas –tomo una esponja, echo un poco de jabón y comienzo a restregar sus hombros. 

-Perdí a quien amaba –susurra-. Y cuando volví por el amor del Amo, vi que él ya amaba a alguien más –una lágrima baja por su mejilla, pero ella la quita rápidamente. 

-Oh, bueno ya verás que el Amo se ocupará por ti –le entrego la esponja-. Termina de lavarte –le sonrío y ella sonríe de vuelta. 

Me siento en sobre la tapa del inodoro y la observo bañarse. Pobre chica, se siente raro ver a alguien así de... rota. ¿Me veía así cuando pasé por...?

-Sophia, ¿me pasas el shampoo?

La voz de Leila me saca de mis pensamientos y le doy lo que me ha pedido.

Minutos más tarde termino de ayudar a Leila a cepillar su cabello. 

-Maestro –lo llamo-, ya Leila esta lista. 

-Bien, vengan a la sala. 

Al entrar a la sala veo al doctor Flynn y a una mujer vestida de enfermera.

-Sophia, puedes tomar asiento –me dice el Amo y obedezco-. Leila, ven quiero presentarte a alguien –Leila se acerca a el Amo-. Mira, él es el Dr. Flynn es un gran psicólogo…