XXVII.

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Christian's POV,

-Buenas tardes, señor -saluda la señora Jones tan pronto salgo del elevador.

-Buenas tardes -me quito mi chaqueta.

-¿Quiere que prepare algo de comer? -murmura y termina de limpiar la nueva mesa de centro en el salón principal-

-¿Sophia no ha almorzado?

-No, señor, dijo que esperaría por usted.

-Bien. Iré a preguntarle si desea almorzar ahora y le digo.

-Está bien. La señorita se encuentra en la biblioteca -me extiende una mano y le entrego mi chaqueta.

-Gracias.

Tal como dijo la señora Jones, encuentro a Sophia en la biblioteca. Sonrío al verla, me hace sentir relajado el ver que sigue aquí.

Está sentada en uno de los sillones, se encuentra de espaldas a mi y habla por teléfono. Al hablar su voz no suena feliz, como esta mañana. Suena desanimada, eso borra la sonrisa que tengo y me hace estar alerta. No me gusta que esté mal.

-Sí, lo sé... -murmura- De veras lo siento... No, no has sido tu.

Frunzo mi ceño no entiendo con quién puede estar hablando.

>>Es que ya tengo planes, había olvidado que tenía planes. No, no es con Christian -se remueve incómoda en la silla en la que está.

Está mintiendo. A quien sea que le está hablando, le está mintiendo y no entiendo qué sucede.

-Tienes razón -susurra-. Lo entiendo… está bien, adiós –suspira y pone el teléfono sobre el escritorio que tiene enfrente.

Veo cómo pone sus codos sobre sus rodillas y recuesta su cabeza entre sus manos. Se masajea el cabello sin cesar y suelta varios suspiros.

La conozco a la perfección. Sé que lo que sea que le hayan dicho, ha hecho que esté más que preocupada.

Me acerco a su lado y me pongo en cuclillas a su lado, pongo una mano en su cabello y se sobresalta.

-Me has asustado -susurra.

-Lo siento.

Permanecemos así por mucho tiempo, minutos incluso. Sophia sigue con sus codos sobre sus rodillas y sujeta su rostro hacia mi. Yo me dedico a acariciar su cabello y ella lo disfruta con sus ojos cerrados.

>>¿Qué sucede?

Abre sus ojos, me mira por pocos segundos, y se pone de pie mientras suelta otro suspiro.

-Nada, solo estoy pensativa.

Me pongo de pie y ella me huye la mirada.

-Puedes hablar conmigo, Sophia.

-Lo sé -susurra-. Iré a decirle a Gail que preparare algo para almorzar.

Sin mirarme me da la espalda y sale de la biblioteca.

¿Estará pensando en marcharse?

La sigo y en pleno pasillo la pregunta sale de mis labios:

-¿Quién era?

Se detiene y lo próximo que hace me enfada:

-¿De qué hablas? -se hace la tonta-

-Sophia, no te hagas la tonta. Sabes lo que pregunto, ¿con quién hablabas?

-Con Daniel –susurra.

¿Él la ha puesto así? ¿Por qué está triste por él? ¿Será que quiere estar con él y no sabe cómo decírmelo?

La mejor sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora