En otro lugar, una oficial bien trajeada corría hacia la Princesa. Su cara la inundaba el pánico:
—¡Princesa! ¡La ceremonia va a empezar! ¿Qué hace aún aquí? ¡Los oficiales ceremoniales ya están esperándola y unos cuantos sirvientes están arrodillados en el Salón de Bai He!
En un estado similar de pánico, la dama vestida de rojo brillante buscó la mano de la oficial.
—Nanny Miao, ¿qué debería hacer? Ya pasa la hora programada, pero aun no ha regresado. ¿Pudo haber pasado algo?
La oficial apenas rondaba los 20 años, pero parecía muy madura para su edad. Confortó a Zhao Chun'er y la abrazó. Gentilmente, le dijo:
—Ahora mismo, fuera de palacio, todos gritan y pudo ser retrasado por la multitud; es normal. No tiene que preocuparse.
Zhao Chun'er se mordió los labios y su preocupación no se disipó lo más mínimo. Se persuadió para cree sus palabras y dejó de pensar demasiado. Siguiendo a la oficial, avanzó hacia el Harén Imperial.
En la oscuridad, la oficial frunció el ceño. Para todas las ceremonias reales había horarios a los que ajustarse. ¿Cómo podían los comunes osar obstruir los procedimientos reales? Debe haber algo que vaya mal.
Justo entonces, un caballo de repente llegó a la puerta de palacio. Un soldado saltó y corrió hacia las puertas sin resuello, pero fue bloqueado por los guardias.
—¡Tengo algo importante de qué informar al Emperador! ¡Dejadme entrar!
Los guardias rehusaron. Bloqueando al mensajero, uno de ellos le advirtió:
—Por favor, muéstranos la orden del Emperador.
El soldado, su cabeza sudando profusamente, rugió de ira:
—¡El asunto es de máxima urgencia! ¡Si se retrasa, diez de vuestras cabezas no serán suficientes para compensarlo!
—¿Qué sucede? —Zhao Chun'er inquirió.
—¿Su Alteza, la Princesa? —Solo vislumbrando un poco su atuendo, el soldado la reconoció.
Abriéndose paso a la fuerza, rápidamente le susurró—: ¡Princesa, es un desastre! ¡El Príncipe de Yan Bei, Yan Xun, se rebeló! ¡Está a la cabeza de los soldados de la Guarnición del Emisario del Suroeste!
Thump! Uno de los calentadores de manos en las manos de la Princesa Chun’er cayó al suelo. El rostro de la joven era tan blanco como una hoja de papel y sus labios se volvieron azules. Estaba tan sorprendida que no podía reunir fuerzas para hablar.
—Controlan el camino al Gran Consejo de Ancianos y hacia el Salón de la Ciudad Capital. Los Ancianos y Generales están aun en palacio. ¡Antes de irse, necesitamos que sepan para que puedan hacer una estrategia! ¿Princesa? ¿Princesa?
—Ah, tú… tienes razón. —Finalmente reaccionando, la Princesa Chun asintió. Su aterrada mirada se esfumó. Mostrando un frente poderoso, dijo—: Sígueme.El soldado, aliviado, siguió a la Princesa. El guarda frunció el ceño y osadamente, se dirigió a la Princesa y dijo:
—Princesa, esto va contra las reglas.
—¡¿Qué reglas?! —La oficial respondió furiosamente—. Si la Princesa quiere llevar a un sirviente dentro, ¿necesita tu aprobación? ¿A quién sirves, dándote el coraje para dudar de la Princesa?
—Nanny Miao, vamos. —Zhao Chun'er estaba completamente pálida y se giró hacia el Salón de Fang Gui.
La gran noche nupcial se celebraría allí, y todos los oficiales ya habían llegado. Cuando la Princesa y séquito entraron, los guardas se miraron fríamente entre sí, sus ojos señalándose los unos a los otros.
Pasando por varios edificios de palacio, el cielo ya estaba completamente oscuro. Aparte de unas cuantas linternas que daban una tenue luz que era justa para caminar, estaba completamente tranquilo. Zhao Chun'er de repente se detuvo. Su cara estaba ahora tan pálida que daba miedo. Se giró y dijo al soldado:
—Ven, tengo algo que preguntarte.
El soldado se apuró. Inclinándose, se acercó a la Princesa. Zhao Chun'er hizo lo mismo, casi golpeando al soldado. La oficial frunció el ceño, pero justo cuando iba a hablar, tuvo un escalofrío. Luego, el soldado saltó y pateó a la Princesa. La Princesa cayó y una gran parte de su túnica se deslizó.
Algo sorprendida, la oficial gritó:
—Ases-
Pero antes de que terminara su frase, se detuvo. El soldado estaba en el suelo, todo su cuerpo cubierto de sangre. Zhao Chun'er miserablemente se levantó del suelo y gateó hacia el soldado. Con la daga dorada en sus manos, ¡apuñaló el pecho del soldado! La sangre surgió, y una gran cantidad de sangre, aun fluida , se esparció por doquier. Incluso aunque ella estaba cubierta de sangre, la Princesa siguió blandiendo la hoja. El
sonido de metal cortando carne y hueso resonó por todo el pasillo vacío.
—¡Princesa! ¡Princesa!— La oficial, casi gritando, se lanzó y abrazó a Zhao Chun'er. Conteniéndola, le rogó—. ¡Ya está muerto! ¡Muerto!
Clang! La daga cayó al suelo. La joven dama, con sus ojos ensanchados, se sentó de repente con sus manos aun temblorosas.
—He matado a alguien… He matado a alguien...
—Princesa, ¿qué pasó? ¿¿Este hombre os tocó??
—¡Nanny Miao! —Zhao Chun'er sostuvo sus manos con fuerza, sus ojos ya inyectados en sangre. Le instruyó—: Deja el castillo de inmediato y busca al Príncipe Yan. ¡Dile que no huya! ¡Que no arruina su futuro! No quiere este matrimonio, lo sé. Lo entiendo completamente. No le forzaré más. ¡Iré y se lo explicaré al Emperador ahora!
—¡Princesa! ¿Qué ha dicho?
—¡Ve! —La Princesa furiosamente declaró. Se enderezó y dijo—: Ve y encuéntrale ahora y cuéntale lo que dije. Iré a donde el Emperador ahora y romperé el compromiso. ¡No le forzaré más!
—Princesa...
—Nanny Miao, por favor… —Grandes lagrimones cayeron de los ojos de Zhao Chun'er. Su cara aun estaba pálida y sus labios estaban aun azulados. Sus ojos estaban ahora completamente inyectados en sangre.
Mordiéndose el labio inferior, se forzó a no llorar. Con grandes marcas de sangre en su cuello, se agarró firmemente al brazo de la oficial con tal fuerza que era como si quisiera atravesar su carne con los dedos.
La oficial no notó esto último, y miró a todo este lío, tan aterrada que empezó a llorar mientras juraba:
—Princesa, no se preocupe, definitivamente encontraré al Príncipe Yan.
—Vale, entonces por favor vete rápidamente. El palacio está ahora en caos. Ten cuidado. —Zhao Chun'er se secó las lágrimas.
—Um, por favor no te preocupes. —Las dos intercambiaron palabras de bendición antes de irse en direcciones opuestas.
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La Leyenda de Chu Qiao (Extendida)
RandomChu Qiao era conocida como la Agente 005 dentro de la 11ª División del Servicio Secreto en su vida anterior. Fue encerrada en la prisión del Servicio Secreto, pero tras lograr salir con éxito de la prisión, sacrificó su vida valientemente para prese...