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Al  caer  la  noche,  las  luces  iluminaban  el  barco  y  el  paisaje  en  la  distancia.  Las  montañas  en  ambas orillas eran majestuosas. Ocasionalmente,  había águilas dando vueltas  en  el cielo, extendiendo sus gigantescas alas y dejando escapar fuertes gritos.
En la cabina estrecha y oscura, se podía escuchar el aliento de la joven en el silencio. Solo había  un  pasillo  estrecho  en  medio  de  la  cabina.  Liang  Shaoqing  se  sacudió  y  giró,  incapaz  de dormir. De repente, su brazo golpeó contra la pared de la cabina con un ruido sordo.
—¿Estás tan agitado que no puedes dormir? —La voz de la joven sonó junto a su oído. 
Liang Shaoqing se frotó el brazo herido y explicó: 
—Hace tanto calor que no puedo dormir.
Chu Qiao rió suavemente, eligiendo no exponer su error. Se inclinó a un lado de la cama y dijo: 
—Yo tampoco. Gusano de biblioteca, abre las cortinas. Está cargado aquí dentro.
Liang Shaoqing se incorporó y abrió las cortinas. La luz plateada de la luna brillaba en el rostro de la joven,  mostrando  sus  pálidos  rasgos.  Chu  Qiao  giró  su  cabeza  y  miró  hacia  afuera.  Sus  ojos  eran  negros;  sus cejas, largas al igual que las alas de una mariposa. Liang Shaoqing la miró, aturdido momentáneamente.
—Gusano de biblioteca, ¿qué estás mirando? —Chu Qiao frunció el ceño y lo reprendió. 
Liang Shaoqing se sonrojó y tartamudeó por un buen rato antes de decir:
—Estoy pensando, pensando de dónde eres.
Chu Qiao enarcó las cejas y lo miró por el rabillo del ojo. 
—No nos conocemos de hace mucho tiempo, pero me estás preguntando sobre la historia de mi vida.
¿Somos tan cercanos?
Liang Shaoqing estaba atónito. Él respondió: 
—Después  de  todo,  hemos  pasado  por  la  vida  y  la  muerte  juntos.  ¿Qué  hay  de  malo  en  preguntar sobre tu ciudad natal?
—De  acuerdo  entonces.  —Chu  Qiao  se  volvió  y  se  tendió  en  la  cama,  cerrando  los  ojos  y  riendo suavemente—. Háblame de tu historia primero.
—Soy de Shangyu, localizada en el Condado de Zhaoyang, parte del Imperio de Xia.
—¿Shangyu  del  Condado  de  Zhaoyang?  —Chu  Qiao  frunció  el  ceño  y  añadió—:  Tu  apellido  es Liang. ¿Cuál es tu relación con Liang Zhongtang?
Liang Shaoqing respondió divertido:
—Es mi padre. ¿Has oído hablar de él?
Chu Qiao abrió sus ojos y se giró para analizar a Liang Shaoqing. Frunciendo el ceño, destacó:
—¿En serio es tu padre?
—Sí. —Liang Shaoqing estaba encantado de dar con un tema de conversación—. ¿Qué pasa? ¿No nos parecemos?

Chu Qiao sacudió su cabeza y respondió:
—Nope.
Liang Shaoqing se frotó su cabeza y se rio. 
—Jeje, mi madre también lo decía.
—Tu  padre  es  cauteloso  con  sus  métodos.  Tiene  conexiones  con  todo  Shangyu.  Es  una  ciudad pequeña,  pero  es  el  centro  del  comercio  y  comida  en  la  región  sur.  La  familia  Liang  en  Shangyu  es  también noble. Dado su cerebro y poder, ¿cómo pudo tener a un hijo como tú?
—Cada  uno  es  único.  Mi  padre  y  yo  tenemos  intereses  diferentes.  ¿Qué  pasa  con  eso?  —Liang Shaoqing, dicho eso, se quedó mirando a Chu Qiao sospechosamente—. ¿Cómo conoces a mi padre tan bien?
Xiaoqiao, ¿quién eres exactamente? ¿De dónde vienes? ¿Por qué van los oficiales tras tuya?
Chu Qiao respondió con una expresión natural:
—Es solo  algo  que  oí de camino. Aunque  no  nos conocemos, sabes  como soy. Ofendí a los  oficiales del gobierno y fui forzada a ocultar mi identidad. Aun te molestaré para que me ayudes a ocultarme durante el viaje en el barco.
Liang Shaoqing fue pillado con la guardia baja por las formales palabras de Chu Qiao. Golpeándose el pecho, aseguró:
—No te preocupes, te prometo no decir nada.
La brisa de medianoche se deslizó lentamente a través de la nave, haciendo que las cortinas se agitaran en el aire. El bote se deslizó lentamente a través de la superficie del río, meciéndose suavemente de lado a lado.
Chu Qiao se inclinó al lado de la cama, con los ojos medio cerrados. Se quedó mirando el exterior de la cabina, su estado de ánimo visiblemente relajado en comparación con hace días. Ella no había experimentado tanta paz y  tranquilidad  durante  mucho  tiempo,  desde  que  abandonó  la  ciudad  de  Zhen  Huang  y  esa  prisión  gigante.
Sintió que la vida se había vuelto más brillante desde que comenzó su viaje como fugitiva. Incluso el viento le dio una sensación de calidez.
—¿Xiaoqiao? —Susurró Liang Shaoqing—. ¿Xiaoqiao? 
—¿Mmm? ¿Qué pasa?
—¿Qué estás cantando?
Chu Qiao estaba atónita. 
—¿Que canté?
—Si lo hiciste. Estabas tarareando una melodía. Es buena, nunca antes había escuchado algo así.
Chu Qiao se sonrojó cálidamente. Esta joven, que no tenía emociones cuando mataba a sus enemigos, no  pudo  reprimir  sus  emociones  al  haber  sido  sorprendida  cantando  inconscientemente.  Suavemente,  ella respondió:
—Es una melodía de mi ciudad natal.
Liang Shaoqing movió alegremente la parte superior de su cuerpo y se tendió en la cama, preguntando: 
—Canta otra canción para mí, ¿quieres?
Chu Qiao sacudió su cabeza en rechazo. 
—Apesto cantando.
—Eres buena. —Liang Shaoqing insistió obstinadamente—: Sólo una canción, ¿de acuerdo?
—Son sólo unas pequeñas melodías. No te va a gustar.

La Leyenda de Chu Qiao (Extendida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora