Aaron

Capítulo 17 (Masacre-Segunda Parte)

Aaron

-Enserio aún no te la has follado?-pregunta Stiles sin poder creérselo mirando la caja de condones que tengo en uno de los cajones. Lo ignoro y cojo el rifle del armario comprobando que esté cargado. Cuando la encuentre la voy a matar. ¿Como se le ocurre irse ella sola?

Por si no fuera poco, me acabo de dar cuenta de que ha leído los mensajes y no me ha contestado. Cosa que me preocupa aún más. ¿Tendrán ellos su móvil? No, conociendo a Mia seguro que solo me ha ignorado con su mierda de orgullo.

-No quiero a Mia para follar gilipollas. Aparte creo que es virgen-susurro pensativo, no me ha dicho nada de eso. La sangre me hierve por las venas de la idea de que tal vez otro chico le ha tocado... Como me entere de que un hijo de puta la ha utilizado le arranco la cabeza del cuerpo . Juro que lo mataré o los mataré.
Stiles frunce el ceño sorprendido.
-Pensaba que...
-Mia no es ninguna guarra y como digas algo de eso volveré a estrangular te-lo amenazo apartándolo de mi camino de un empujón. Este se queja pero no le presto atención, no puedo distraerme con nada ni nadie.

-Esa chica nos ha robado el plano. ¿Cómo piensas ir hasta allí?-pregunta uno de mis compañeros cruzado de brazos al lado de la puerta-¡Tu noviecita nos ha jodido todo!-grita enfadado negando con la cabeza. Sin dudarlo, me acerco a él y agarro su camiseta con las manos levantándolo del suelo-Lo siento señor O'Brien.
-Lávate la boca antes de hablar de Mia o te la romperé yo, ¿Entendido? - aclaro sin soltarlo estampado su espalda contra el marco de la puerta. Con mi Mia solo me puedo meter yo y sin pasarme con ella. Ya la he infravalorado lo suficiente y justo ahora que ya tengo las decisiones claras se pira y me deja esa mierda de nota.
"Te quiero"-recuerdo la últimas palabras con un escalofrío de satisfacción por todo el cuerpo, y yo a ella. Necesito verla ya.

-Lo he entendido Aaron...
-¿Quién cojones te has creído que eres para llamarme por mi nombre? ¡Para ti soy O'Brien! -bufo impactando mi puño en su rostro. Demasiada paciencia estaba teniendo.
-No puedes pedir que te ayuden y pegarles-escucho la voz de Stiles regañándome. Lo fulmino con la mirada por llamarme la atención delante de todos y tarda unos segundos en ser consciente de lo que ha hecho-Tu mandas, lo pillo. Perdón Aaron.
El chico que se queja de dolor mantiene silencio aprendiendo de la lección. Si no soy agresivo, no me toman enserio.

-¡Acercaros!-ordeno más nervioso que nunca, ya ha pasado una hora desde que leí la nota y muchas más horas desde que ella se fue. Los agentes que  ha contratado mi "padre" obedecen acercándose hacia mi con la misma seriedad que expresa mi cara-Tenemos que matar a Dave lo antes posible, todos vosotros ir a por él y sus hombres, yo prometo que estaré pendiente de todos, no quiero que ninguno de los que estáis aquí seáis víctimas. Antes de eso, voy a ir a por mi... Mía y Stiles vendrá conmigo también para buscar a Molly-explico rápidamente sin perder la vista del reloj. Mi amigo asiente con la cabeza de acuerdo- En el último piso de mi casa hay una habitación llena de armas, ir ahora mismo y elegir la que sea conveniente,no tardéis. Se nos acaba el puto tiempo-añado lanzándole las llaves de la habitación a Stiles para que vaya con ellos.

Veinte minutos más tarde.

Acabamos de llegar al pasadizo. Por el conducto de respiración no íbamos a caber y hemos tenido que buscar por los alrededores hasta que hemos encontrado una especie de pasadizo. Me extraña que este abierto, no puede ser todo tan fácil.
-Que asco-se queja Stiles después de ver cuatro ratas. Yo sólo las esquivo sin importancia y sigo caminando encendiendo la linterna del rifle. Díez hombres me siguen a las espaldas mientras los otros vigilan rodeando la zona-Mira esa que bigotes tiene, es tan mona...
-¿Puedes centrarte y dejar ya a las ratas? - suspiro sin entender cómo puede estar tan tranquilo. Tienen a Molly secuestrada al igual que a Mia, sin embargo, su actitud comparada con la mía es inentendible. Me estoy muriendo de los nervios y de preocupacion y ahí está Stiles, socializado con esos pequeños animales. Ese tipo de cosas solo las puede hacer mi amigo.

-Señor O'Brien. Al final del callejon hay dos hombres-me avisan por el pinganillo de la oreja y informo a todos los demás que andan con tranquilidad. Camino por los charcos de suciedad y germenes hasta que llego a mi destino y ordeno que apaguen todas las linternas. Uno de ellos grita confundido cuando se va la luz y lo agarro por el cuello sigilosamente estrangulándolo hasta que siento que deja de respirar y lo dejo en el suelo. El otro pregunta por su compañero y le quito el arma de las manos dándole con la punta de la pistola en la boca, grita de dolor y aprieto el gatillo del rifle al azar acertando en su cabeza, apenas he necesitado tener luz.

-Buena jugada-me felicita uno de los míos con los ojos muy abiertos. Ignoro su halago quitándole importancia y abro la puerta esperando a que pasen todos antes de cerrarla con ayuda de una palanca para que no pueda entrar nadie más.
-A la derecha deberían de estar todos los guardias de Dave-digo señalando las largas e inmensas escaleras para que vayan todos hacia allí y les deseo suerte dirigiéndome a mi mejor amigo cuando se han ido. Este lugar no me trae buenos recuerdos, odio saber todo de memoria-A la izquierda tenemos que subir nosotros dos. Cuando van a torturar o matar a alguien los llevan allí, lo más seguro es que Dave no esté con ellas así que supongo que habrán como mucho tres mafiosos vigilando.
-¿Crees que las están torturando? - pregunta Stiles cambiando su rostro radicalmente. Me encojo de hombros sin querer contestar a eso. Sus ojos marrones expresan tristeza y rabia al mismo tiempo-¿Estas seguro de que solo hay tres?
-Segurisimo-repito con total sinceridad. He estado demasiados años investigando aquí para saberlo.

Tres puertas. Pueden estar en cualquier pero sospecho que no están las dos juntas, su intención es que Stiles y yo nos separemos.

-Vamos a entrar los dos juntos en cada habitación. Una, dos.... - cuento con un nudo en la garganta y abro la puerta de una patada brusca.
-¿Algún día abrirás la puerta como una persona normal? Pareces un... - empieza a decir mi mejor amigo pero no termina la frase. No hay ninguna guardia en la habitación, solo está Molly en ropa interior tirada en el suelo llena de golpes, no sabemos si viva o muerta. La sorpresa me paraliza y aunque suene muy egoísta solo puedo pensar en Mia. ¿Y si ella está igual?

-Hola. ¿Que tal? Espero que os guste el capitulo
Os adoro.