CAPITULO 1

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* Casa en multimedia *

Samantha

El ruido de la lavadora es la sinfonía que me despierta al dia siguiente.

6:30 am. Miro el despertador con un bostezo y voy a la cocina a recoger la ropa limpia. La dejo tendida para que se seque en el jardín y lavo los platos y vasos que hay sucios en el fregadero de la cena de ayer. Pedimos pizzas, no me apetecía ponerme a cocinar a las diez de la noche y el dinero que nos dieron nuestros padres está ahí para gastarlo. La boca se me hizo agua con el queso fundido de la pizza barbacoa.

Soy una maldita irresponsable. Mi estricta dieta de animadora, no me permite ese tipo de caprichos pero estoy cansada de las frutas y las verduras. Tengo que dar un ejemplo como capitana del equipo pero no van a enterarse de mi pecado. Además, lo más seguro es que las demás chicas también cumplan ese deseo de vez en cuando. No volveré a hacerlo, fue un error que no debo repetir. Mi función y mi deber me lo prohíbe como líder.

Cojo la esponja llena de jabón y froto uno de los cuchillos que utilizamos para cortar la pizza en trozos. Tengo demasiado sueño para terminar de limpiar todo. No he logrado dormir esta noche.

Las tareas domésticas no son carga para mi. Estoy acostumbrada. Llevo haciéndolas desde los los once o doce años, tal vez. Desde que papá y mamá empezaron a viajar por el mundo y olvidaron el detalle de que tienen dos hijas menores de edad bajo su cargo.

Mis abuelos murieron. Jack y Clarisse, los padres de mi papá, se marcharon pronto. Demasiado pronto ya que, no me dió tiempo a conocerlos. Por otra parte, Annabel y Harry, los padres de mi mamá se fueron hace un año y medio, sufrieron un accidente mortal en avión. Si, el transporte más seguro del mundo falló y cayó al mar durante un vuelo hacia Francia. Mi vida dió un giro de 180 grados ese día a las cuatro de la madrugada, 6 de enero de 2020.

Nos dejaron solas. Ellos eran la única familia que teníamos. Ahora sólo tenemos a Emily, la hermana melliza de nuestra madre. También llamada "tía Em". Esa mujer se ha encargado de nosotras, podría decir que muestra más preocupación en una llamada, que nuestros propios padres en cinco años. Triste, pero es la pura realidad.

La adoro. Es familiar, dulce, amable, valiente y trabajadora. Excesivamente trabajadora. Gana dinero haciendo lo que le apasiona y le gusta, sanar a las personas. Es enfermera en el hospital de California. No tiene pareja porque no quiere, ya que es muy hermosa y se conserva genial a sus treinta y ocho años. Tampoco tiene hijos pero nos ha tratado como a tal, y dice que ella no necesita a nadie más.

Amo a Emily y mi hermana igual pero a veces es algo....gritona y exagerada.

- ¡¿Qué demonios haces despierta?!- su voz hace daño a mis pobres tímpanos.

Acaba de llegar a casa con bolsas de la compra en las manos. Me acerco con intención de ayudar pero no me deja.

- Estoy limpiando, tía Em. Quería que..

- ¡Ya te dije que no hace falta limpiar nada! ¡Lo hago yo! - reprende con un resoplido. Deja las bolsas encima de la encimera y saca la comida que nos ha traído para que sus sobrinas no se mueran de hambre. - Anda, vuelve a la cama y descansa un poco, tesoro.

Aaron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora