CAPITULO 31 - (Vestido)

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Mia

Esto es aún más difícil de lo que parecía.

Llevamos una hora aparcados enfrente de la puerta del supuesto local y me estoy poniendo muy nerviosa.

Mujeres y hombres desconocidos están armados a mi alrededor mirándome con esa cara de amargados. Que sean narcotraficantes no quiere decir que tengan que ser antipáticos, capullos.

Aaron ha contratado a un conductor profesional y no tengo ni idea del dinero que se ha gastado en pagar a toda esta gente. Stiles se besuquea con mi hermana en los asientos que tenemos enfrente, como se nota que ellos no van a jugarse la vida.

Por lo visto, no disimulo muy bien. De normal soy una perfecta mentirosa pero ahora mismo no soy capaz de hacerlo.

Una mano el triple de grande que la mía acaricia la mía con suavidad colocándola encima. Giro la palma de la mano y entrelazo sus dedos con los míos sintiéndome un poco más segura. La poca seguridad que tengo va a desaparecer en cuanto tenga que entrar a ese sitio yo sola.

- Mía, mirame.- susurra en mi oído con esa voz ronca y sexy. Es la voz más neutral y intimidante que he escuchado jamás. Alzo la barbilla y obedezco con un suspiro mostrando la falsa valentía que tengo. Sus ojos azules brillan con orgullo apesar de que todavía no he hecho nada.

- Aaron...

- Lo vas a hacer genial, amor.- me lee el pensamiento soltando el rifle que tiene en la otra mano para rodear mi mejilla con ella. Acerca sus labios a los míos peligrosamente y me besa con lentitud sin pensar en todas las miradas que están en nosotros.

Es un de las cosas que más me gustan de él, nunca se avergüenza de mostrar esta clase de afectos delante de nadie. De hecho, creo que disfruta de exhibirme para expresar su posesión hacia mi.

- Eh...Jefe ha llegado la hora de actuar.- avisa incómodo uno de los chicos esperando a que el rubio coja aire para ordenarles lo que tienen que hacer. Aaron los ignora rotundamente sin apartar su boca de la mía. -Señor O'Brien...

- Joder -masculla mi novio al ver que no lo van a dejar tranquilo poniéndose de pie. Imito su gesto.- No tenéis que hacer absolutamente nada. Encender los micros y las cámaras tenemos que tener una conexión perfecta para ver y escuchar todo sin cortes.

Tres chicas de mi edad asienten con la cabeza con esa sonrisa de picardía y corren a sentarse a las sillas de los inmensos ordenadores por los que van a espiar con detalles las cosas que van a pasar ahí dentro.

Malditas adolescentes hormonadas.

Es mío perras

Mía, céntrate.

- Mía, céntrate.-repite mi novio como si tuviera poderes mentales sosteniendo mi rostro con ambas manos. Parece que tengo que bajar de la furgoneta.- El dinero que vas a llevarles es falso y tendremos que intervenir cuando se den cuenta. Coge esto- ordena colgando en mi hombro una pequeña bolsa en la que supongo que estarán los billetes.

No me gusta nada el tono con el que me está hablando pero decidido quedarme callada.

- Sólo tienes que dárselo y irte, nada más. A la mínima que hagan algo raro iré. Baja ahora y date prisa, como te vean aquí te matarán. - es lo último que dice abriendo las puertas traseras de la furgoneta de par en par. ¿Eso es todo?

Me despido de Stiles con un simple abrazo y hago lo mismo con mi hermana alargándolo más de lo necesario.

- Mía- me detiene una mano justo cuando voy a bajar del vehículo impidiéndome salir. Aaron. Tira de mi abrazo para que acerque a el y presiona sus labios con los míos apasionadamente recreando el típico beso de despedida de las películas.
Mis piernas tiemblan como dos gelatinas y tengo muchas ganas de llorar pero consigo mantener el orgullo.

Aaron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora