CAPITULO 29 (Dame lo mio)

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Aaron

A la mañana siguiente parpadeo un par de veces al ver a quien tengo al lado y sonrio.

No era un sueño.

Me incorporo en la cama y me coloco encima de ella con cuidado de no despertarla.
Tiene los párpados cerrados y duerme como una bebé de dos meses. Es increíble que pueda parecer tan buena durmiendo y luego sea una fiera. En todos los sentidos.

Acaricio sus labios con los míos y aprieto el tacto más de la cuenta haciendo que se mueva un poco. Casi se me escapa una carcajada cuando hace una mueca y se da un manotazo en la boca. Pensaba que era una mosca.

-Aaron-susura haciéndome pensar que está despierta pero siempre habla en sueños.

-Dime, princesita - le sigo el juego escondiendo la cabeza en el hueco de su cuello. Inspiro el aroma de su pelo sin poder evitarlo. Huele tan jodidamente bien.

-Te quiero - dice en voz baja enredando sus brazos en mi cuerpo con fuerza. Se piensa que soy un peluche.

-Yo también te quiero-respondo sin ser consciente de la frase que acabo de decir. Tengo que aprovechar que está dormida para tener los huevos de decirlo, soy un maldito cobarde de mierda.

La chica que me tiene atrapado se relame los labios y frunce el ceño incómoda de que le toque el pelo.
Mis dedos acarician los mechones castaños que tapan su rostro y los escondo detrás de su oreja. Beso su mejilla y me obligo a dejar de tocarla para que siga durmiendo.

Dos horas más tarde sigo sin separarme de ella y su cuerpo empieza a moverse revoltoso para que me aparte.

Hoy es el día del plan.

Hoy tengo que decidir si vamos a hacer lo que tengo pensado o la opción de Stiles. Lo he estado repasando y es un plan brillante pero no quiero poner a Mia en peligro, no quiero que entre ella sola a ese sitio, no quiero arriesgarme más con ella ahora que la he recuperado, o eso creo. ¿No?

-Emm hola... - me saluda de forma tímida sin saber que decir. Sus pómulos se ponen rojos al verme encima de ella y sostengo sus mejillas juntando mis labios con los suyos para ahorrarle el momento incómodo.

Su boca me responde al beso y le giro la cabeza un poco para tener el ángulo perfecto. Introduzco mi lengua en su anatomía y encuentro la suya en cuestión de segundos.

Mía lleva el control un rato hasta que acaba riéndose de sentirse tan rara y cambiamos los papeles.

Sus manos se aferran a mi mandíbula mientras las mías se pasean por las curvas de su cuerpo desnudo.

Un escalofrío me recorre de arriba a abajo al darme cuenta de cómo ha aprendido a besar desde que lo hicimos por primera vez y despejo todas las preocupaciones que tenía en la cabeza.
Sus piernas tiemblan mientras me esfuerzo en demostrar los sentimientos que me invaden desde hace tanto tiempo.

-Para, O'Brien-se ríe colocando las manos en mi pecho para que la deje respirar-No me mires así. Al principio no me dejabas llamarte por tu nombre-me recuerda al saber que me ha molestado el mote.

-Al principio no sentía las mismas cosas por ti que ahora-mascullo en voz baja deseando que no me haya escuchado. Sus ojos azules se abren un poco y me mira perpleja con las pupilas dilatadas de la ilusión.

-¿A qué te refieres, señorito?-me interroga alzando la ceja derecha. ¿Cómo diablos hace eso? Tiene que ser rara hasta para hacer muecas.

-Sabia que ibas a preguntar eso. Tienes que dejar de ser tan cotilla, Mia.

-Y tú tienes que dejar de ser tan capullo. ¿No me lo quieres decir? Pues muy bien. Si no somos nada deja de jugar conmigo...

-No estoy jugando contigo - la interrumpo enfadado sin entender porqué sigue pensando eso. Todo el mundo que me conoce sabe lo que siento por ella, menos ella. Sigo sin saber como cojones no sé da cuenta-La última vez fui un capullo, si eras mi novia y quiero que lo sigas siendo pero dije las cosas sin pensar porque me molestó que preguntaras por cosas de mi pasado, no... No quería espantarte.

-Las cosas de tu pasado no van a hacer que me aleje de ti, Aaron. He visto como matabas a personas no voy a sorprenderme mucho más-me asegura con esa voz comprensiva que me pone los pelos de punta.

-No soy buena persona, Mia.

En absoluto.

-Yo no pienso eso-susurra encogiéndose de hombros. Los músculos de mi cuerpo dejan de estar tensos al escuchar esa frase y dejo que continue sin apartar mis ojos de los suyos. Es la primera persona que piensa eso de mi, aparte de Stiles claro. - Tuviste una infancia y una adolescencia mala pero no tienes la culpa de eso, no tienes la culpa de tener un padre narcotraficante que te obligaba a hacer cosas que no querías, no tienes la culpa de matar a nadie para defenderte o para defender a las personas que te importan, no tienes la culpa de que tu nombre esté machado con sangre por tu apellido. A mí eso no me importa ni me incumbe, a mi lo que me importa es como me tratas, como me haces sentir, como te preocupas por mi, como eres conmigo. Y lo único que pienso de ti, es que eres el chico más increíble del mundo. Te quiero por tu version real, no por la que te creaste para protegerte de ti mismo.

-No me la cree para...

-Te conozco más de lo que piensas,imbecil. Si no quieres volver a verme lo aceptaré pero no me elimines de tu vida por pensar cosas que no son ciertas-suplica con los labios húmedos y los ojos inundados en lágrimas que amenazan por salir.

Tal vez tiene razón.

-Te quiero, Mia-tartamudeo sin saber como va a reaccionar. Un brillo que nunca había visto aparece en sus ojos antes de decir :

-Te quiero, Aaron. Aunque seas un gilipollas.

Una carcajada sale de mi garganta y niego con la cabeza.

-Sigues enfadada, verdad?

-Mucho. Ahora dame lo mio si no quieres que te siga insultando.

-Todo tuyo, cariño-me ofrezco encantado de que abra las piernas voluntariamente con ganas de más. Coloco la punta de mi pene en su opertura totalmente mojada y ahogo un gemido en sus labios penetrándola con fuerza.

-Hola ¿Que tal? Espero que os guste el capitulo.

Os adoro.


















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