ADELANTO (Obligado leer)

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Aaron

Un mes después

La oficina esta vacía, esta mañana he tenido que despedir a ocho de mis hombres por decepcionarme de la peor manera. Nadie me apuñala por la espalda.

Desde siempre el club ha sido un lugar peligroso, un lugar al que nunca traería a Mia por nada del mundo. Lo último que quiero es involucrarla en mis asuntos. Varias veces ha intentado convencerme de traerla pero nunca lo voy a consentir, ni si quiera es una opción.

Son las cinco de la mañana, mi chica estará durmiendo en nuestra cama, sólo de pensarlo sonrio como un idiota. La espalda me duele como el infierno, y estoy reventado de trabajar. Hoy ha sido un día agotador.

Por si fuera poco el cabrón de Stiles ha pasado de venir a ayudarme. Parece que la ruptura con Molly no le ha costado mucho de superar, lleva tres noches sin aparecer por el apartamento. Se ha quedado a dormir en casa de Melody.

Estoy seguro de que Mia se ha enterado de la noticia pero no quiere hablar del tema, dice que son problemas de pareja pero a mi no me engaña. Odia que su mejor amiga esté follando con el ex de su hermana pequeña.

Está muy enfadada con mi mejor amigo y lo entiendo pero también hay que entender la otra parte de la historia.

Molly y Stiles no iban a volver a salir juntos. El tiempo que han estado separados les ha servido para darse cuenta de que realmente no estaban enamorados. Cada uno vive su vida como quiere y si piensan que así son más felices, no voy a intervenir dónde no me llaman. Ahora solo tengo una prioridad en mi cabeza.

Ella

- ¡Señor O"Brien! - exclama Michelle a mis espaldas.

Me doy la vuelta para mirarla y siento que soy la peor persona del mundo al ver su rostro de cansancio. ¿Cuántas horas lleva aquí?

- No tengo tiempo para hablar. Mia me necesita en casa, vuelve a tu apartamento. Te doy permiso.- digo doblando las mangas de la camisa negra.

Maldita seas Mia por comprar cinco camisas de colores diferentes. Nunca me han gustado una mierda pero no puedo rechazar un regalo de mi chica. No cuando me mira con ese brillo de ilusión en sus dulces ojos azules.

- Es un buen gesto por tu parte pero tengo que decirte algo importante. Algo muy importante. - explica alterada buscando algo en su libreta llena de garabatos y dibujos. Se coloca bien las enormes lentes graduadas y gira una hoja en mi dirección.

- Salarios - leo la primera línea sin entender.

-¡Oh mierda, esa hoja no es!- rie golpeando su cabeza. Los mechones negros de su cabello caen sobre su frente, ¿Desde cuando se ha hecho flequillo?

- Mañana me cuentas...

-¡No, mañana no! - me interrumpe nerviosa paseando su mirada por el pasillo para que no la escuche nadie.- Hay un hombre en tu despacho, quiere hablar contigo.

- ¿Para eso tienes que susurrar en voz baja? -pregunto negando con la cabeza. Por cosas estas cosas entiendo lo bien que se lleva con Mia, son tal para cual.

- Ese hombre es tu padre, jefe.

- ¿Cómo?- parpadeo bloqueado. Me tomo unos minutos para asimilar la información en mi cerebro hasta que me veo capacitado de seguir hablando

¿Qué demonios hace ese hijo de puta aqui?

- Si, tu padre. Y viene muy enfadado contigo. - repite señalando la enorme puerta de mi guarida. ¿Por qué han dejado pasar a ese malnacido? Todos mis empleados lo tienen terminantemente prohibido, es la primera normal que cree en el club para los que querían formar parte de la familia.

- Gracias por avisar entonces- suspiro cerrando los ojos. No me siento preparado para mantener los puños tranquilos.

- No hay de qué. ¿Qué vas a hacer con él? - pregunta Michelle aferrando sus manos a los informes de los trabajadores que están a mi disposición.- Aaron, ¿Estás bien?

- De puta madre. Estoy genial- respondo sarcástico haciendo un discurso mental de todos los insultos que puedo soltarle.

- Suerte, jefe.

Voy a necesitarla.

************

Metro ochenta, rubio, ojos azules, cuerpo delgado y proporcionado,cariñoso, ropa cara y elegante.

Desde luego ese no es mi padre

Piel bronceada y poco cuidada, dientes desgastados, ojos azules al igual que los mios, pelo grasiento y negro como el carbón, ropa anticuada.

- Hijo mio, ¡Te echaba de menos!

- Papá

- No me llames asi, es repugnante- ruge molesto con el mote fingiendo que le da un escalofrio para humillarme en mi propio despacho.

- Dime que coño quieres para no verte nunca más.

- Vengo a comprobar que no has hecho tu trabajo. No has matado a las chicas que te ordené, no has matado a las hermanas Miller. Has incumplido las reglas.


- Hola. ¿Qué tal? Espero que os guste el capitulo.

Os adoro.


























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