Aaron

CAPITULO 64 (Despedida)

Aaron

Marcus Holland

Hombre de origen británico nacido en Reino Unido. 7 de julio de 1996, 24 años.

Su verdadero nombre es, Marlon Halen

No hay información de su familia. Su padre abandonó a su madre cuando se quedó embarazada de Marlon. Murió desangrada en el salón de su casa diez años después. Los policías investigaron el caso durante varios meses, nunca encontraron al culpable. El asesino se encargó de no dejar pruebas, ni pistas.

Harold Halen, el padre de Marlon, se involucró en el mundo del narcotrafico, y abandonó a Helena al enterarse de la vida que estaba creciendo en su interior, en un intento de protejerla huyó del país como un cobarde.

El 8 de diciembre del 2019, en un pequeño pueblo de Japón, apareció el cuerpo de Harold, le dieron un tiro en la cabeza.

La hermana mayor de Marlon, Peny Halen, se vió muy afectada con la noticia. Actualmente vive con su marido y sus dos hijos pequeños en Nueva York.

No tiene, ni quiere tener relación con Marlon. Por lo visto, él se quiso vengar de la muerte de sus padres y se metió en la banda de...mi maldito suegro. Si, el padre de Mia, ese bastardo sigue en las calles, oculto entre las sombras. A Peny no le agradó la decisión de su hermano, y quiso mudarse antes de verse involucrada en ese pozo sin fondo. Una vez que entras es imposible salir.

Marlon trabaja de tapadera en la comisaría de Nueva York. No es la primera vez que he hablado con él, y tampoco será la última. Ese tio se interesó en Mia a propósito, todos saben que es la única debilidad de Aaron O"Brien. Mi debilidad.

¿Qué demonios hacia en esa sala de tiro?

En su club de capullos hay más de veinte salas igual o mejor que esas.

Siente una profunda ira y rabia hacia mi desde que desveló al asesino de sus padres. Al destructor de su familia.

Orlando O"Brien. Mi padre.

El mismo que ahora descansa tres metros bajo tierra en el cementerio, el mismo que está muerto por su propio hijo.

- ¡¿Me estás jodiendo?!- grita Stiles escandalizado sujetando una bolsa de hielo en su rostro. Está sentando en la camilla de enfermería del club. Creo que es imposible contar la cantidad de veces que ha estado aquí por uno de mis golpes. - Dime que estás de coña.

- No, no estoy de coña. Tengo que largarme con Mia, tengo que llevármela de este sitio- puntualizo con la voz ahogada dándole una patada a la mesa de madera. El mueble cae al suelo partiéndose en cuatro partes. - ¡Joder!