CAPITULO 41 (Maravillosa jugada)

1.4K 75 8
                                    

Narra Aaron:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Aaron:

Nada más ver a Michelle lo sé

Sé la razón por la que quiere hablar conmigo, es de ella, es Mia.

El día ha sido largo e infernal. No he dormido en toda la noche, Stiles estuvo a mi lado en todo momento consolando mis dramas, sus ojos se abrieron de par en par al ver lágrimas en mis mejillas. Es la primera vez que me ve llorar, es una sensación penosa y aliviadora.

La imagen de la chica castaña aparecía una y otra vez en cada uno de mis sueños, sabia que este momento iba a llegar pero no tan pronto.

Sé que la he cagado, sé que no debería de haber ocultado una cosa así tanto tiempo pero no me atrevía a contártelo, el miedo a perderla me partía en dos, no me equivocaba.

El olor de su perfume sigue en la almohada, en el armario se ha dejado un par de camisetas. Ese detalle me da la esperanza de que volverá pero no es asi, ella se ha ido. Ya no quiere saber nada de mi y lo entiendo.

Sin embargo aquí estoy, interrogando a una niña de dieciséis años, nunca me he sentido tan desesperado.

Necesito saber como está, necesito saber si lo está pasando tan mal como yo, si se acuerda de mi como yo hago en cada paso que doy, en cada respiración entrecortada, duele joder.

Mis sentimientos por Mia eran claros, cada mañana los confirmo un poco más que el día anterior. Estoy enamorado de esa chica, estoy loco por ella y perdido sin estar a su lado.

La necesito

Era la única razón que tenia para sonreír...para ser feliz. Nadie lo había conseguido.

No importaban los demás problemas, las discusiones con mi padre, las peleas con narcotraficantes. No importaba nada de eso por una cosa, al anocher mi chica me esperaba en casa de brazos abiertos, era mi parte favorita del día.

Ella era y es todo para mi, por muy tóxico que suene no soy capaz de vivir sin esa pitufa toca-huevos.

- Está en mi apartamento. Ha dormido conmigo esta noche- susurra Michelle sin apartar la mirada del suelo. La noticia me deja un poco más tranquilo pero no del todo, no estoy yo para protegerla. - Es una chica increíble.

¿Desde cuando son amigas?

- Lo sé.- confirmo cerrando los ojos con fuerza. Su rostro no sale de mi cabeza, tengo ganas de verla.

- Me ha contado todo, señor O" Brien- suelta molesta conmigo entrecerrando sus ojos negros. Su mirada incómoda, no va a conseguir descifrarme, ni yo me entiendo. Es un esfuerzo inútil. - No me esperaba eso de ti.

Tocate los cojones

- ¿Has venido a insultarme, Michi?- sonrio divertido aguantando las ganas de no reirme en su cara. Sus mejillas se sonrojan y se tapa avergonzada.

Siempre ha sido muy rara, no he hablado muchas veces con ella pero ha pasado por una vida que no le desearía a nadie, en un principio me daba bastante lástima. No se merecía nada de eso.

Por otra parte, no es como las demás chicas que trabajan aquí, es la única que jamás me ha provocado con el objetivo de un aumento de suelto, o sin objetivo.

Es una chica guapa y tierna pero nunca me ha llamado la atención, le faltan agallas y carácter para atraerme. No me reta dia tras dia como Mia, ninguna mujer está por encima de Mia.

Por muchas modelos que se interpongan en mi camino siempre me fijaré en ella, estoy empezando a obsesionarme.

- Por supuesto que no. Sólo...sigo sorprendida- tartamudea nerviosa peinando su pelo azabache con los dedos, odio ese color.- Yo pensaba que usted estaba enamorado de Mia.

- Lo primero no me trates de usted, aunque tenga diez años más que tú me haces sentir un anciano- la regaño buscando un papel y un boli mientras esta estudia cada uno de mis movimientos cómo si fuera a matarla.- Lo segundo, si estaba y estoy enamorado de ella.

Sus labios se encurvan un poco al escuchar la última frase pero no parece muy convencida.

Sin perder más el tiempo, arrastro el diminuto folio que he arrancado en su dirección y dejo el boli en su mano derecha. Frunce el ceño confundida.-Apunta tu dirección.

-¿Qué? ¡No! ¡No voy a apuntar mi dirección a cualquiera sin conocerlo!

Sabia que iba a decir eso

- Perdona, ¿Cuánto hace que conoces a Mia?

- Touché- se rinde pensándolo unos segundos antes de escribir lo que le he dicho. Piso 46, puerta 46, ¿Me está tomando el pelo? 

Es uno de los edificios más grandes y caros de Nueva York. Conozco esa zona como la palma de mi mano, y no es nada agradable, está lleno de delincuentes por todas partes. Mia no está segura allí.

- Ella no te quiere ver, Aaron.

- Lo primero- repito las palabras de antes inclinando el asiento para acercar mi rostro al suyo. Michelle se aparta desconfiada. El brillo de pánico no desaparece de sus pupilas ni un minuto mientras habla conmigo, eso es bueno. - Llámame O"Brien a secas. Sólo las personas especiales pueden pronunciar mi nombre.

- Está bien...

- Y lo segundo. No he preguntado si ella me quiere ver, he dicho que voy a ir cuando me de la gana. Yo nunca pido permiso.-aviso arrogante arremangando mi camisa negra. La chica observa los tatuajes de mis brazos con curiosidad pero no contrataca, esto es aburrido. - Ya te puedes ir. Gracias Michi.

- Llámame Michelle a secas. Sólo las personas importantes pueden pronunciar mi nombre.

Maravillosa jugada.

Cuando se marcha por la puerta, me paso las manos por el pelo angustiado y vuelvo a revisar el móvil. No me ha respondido ni un mensaje.

Maldiciendo un par de veces, escribo de nuevo tecleando las letras con agresividad.

"Te encontraré, princesita. No importa el tiempo que estés ignorándome, eres mia y siempre vas a serlo"

Envío el mensaje sin arrepentimientos y lanzo el aparato sobre el escritorio. Minutos después vibra en el mueble, es ella me ha contestado.

" Más quisieras :)"

"PD: Estoy bien, no te preocupes"

Una sonrisa decora mis labios, si una persona me viera en estos momentos juro que me encerraria en un psiquiátrico.

Amo a Mia Miller con todo mi corazón.

Espero que este preparada para recibir visitas inoportunas.



- Hola. ¿Qué tal? Espero que os guste el capitulo.

Os adoro.























Aaron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora