CAPITULO 33 (Conducto - Parte 2 )

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Mía

Me duele admitirlo pero Aaron tenía razón. Nunca he tenido ni voy a tener buen sentido para las ubicaciones.

Ni si quiera tengo una linterna para alumbrar el asqueroso laberinto en el que estoy metida. Aaron estará matando a hombres y yo aquí encerrada dando vueltas como demente sin cabeza.

- ¡Stiles, dime algo! - grito desesperada escuchando su respiración por el pinganillo. Está masticando algo.- ¡Deja de comer y sácame de aquí foca morbida!

- Tienes suerte de que Aaron no me deje encerrarte en ese conducto. Nadie se mete con mi perfecto cuerpo musculoso....

-Stiles al grano. ¿Por dónde tengo que ir?- lo interrumpo poniendo los ojos en blanco. Cuando quiere parece un abuela de pueblo, nunca se calla.

- Sigue recto- dice tan tranquilo sin dejar de comer lo que este comiendo. Este chico es tonto, definitivamente es tonto.

- ¡No puedo traspasar paredes, imbecil! - resoplo dando un golpe al muro que tengo enfrente. Ni siquiera estará mirando el mapa, voy a estar año encerrada en este sitio.

- Gira a la derecha tres veces, continuas recto hasta el final y cuando veas tres caminos eliges el del medio. Cuando llegues a ese punto solo tienes que gatear hasta la rejilla de salida y yo la romperé de una patada. - habla con la boca llena tirándose un eructo al terminar la frase. Maldito Stiles.

Sin decir ni una palabra más obedezco a sus indicaciones más aliviada al comprobar que tiene sentido pero algo me retiene el paso.

Una cucaracha se pasea como si estuviera en su casa y camina por encima de mi pierna para pasar al otro lado donde le esperan dos amigas suyas. Creo que es el único bicho que no soporto del mundo, no puedo con las cucarachas.

- ¡Joder!- grito con una mueca de asco dándome más prisa en gatear para dejarlas atrás. Por suerte, no me persiguen.

- No seas exagerada. Si les vieras la cara te darías cuenta de que no son tan feas. - responde el moreno por el pinganillo con una sonora carcajada. La voz de mi hermana suena de fondo pero no consigo descifrar lo que está diciendo. - Se parecen a ti.

- Vaya, muchas gracias Stiles. Eres un amigo maravilloso.

- No he dicho que sea tu amigo. No te emociones tanto.- me corrige rápidamente guardando el silencio antes de volver a reír. Juro que cuando salga de aquí lo voy a matar.- Oh mierda

-¿Qué ocurre?- pregunto pensando en mi novio sin poder evitarlo. ¿Le habrá pasado algo? - ¿Aarón está bien?

- Es Aaron, él siempre está bien eso no me preocupa.- me tranquiliza con un largo suspiro poniéndose serio de repente.- Es por ti. Un par de tios están buscándote en el conducto, tienes que darte prisa.

Genial

- Creo que ya me falta poco...-susurro bajando la voz para que no me puedan oír. Saco el móvil del bolsillo de mi chaqueta y enciendo la pantalla con cuidado, necesito ver por donde voy. 

Mis rodillas duelen como el infierno mientras gateo llenando la chaqueta de cuero de suciedad y bajo la luz de la pantalla para no ser descubierta.

Por una vez en la vida, la suerte viene a mi y ahogo un chillido de victoria encontrando la rejilla del conducto. Es la salida.

-¡Mía!- canta con alegría una voz masculina desconocida. El sonido proviene lejos pero no tardará en descubrirme. Mierda.

- No hagas ruido y espera tranquila.- es la último que dice Stiles antes de que alguien golpee la rejilla con fuerza sin ningún cuidado. La pequeña puerta me cae en toda la cara pero reservo las muecas de dolor sintiéndome mejor al escontrar esos dos ojos marrones.

Aaron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora