CAPITULO 58 (Dark web)

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Aaron

Flashback

Los juguetes estaban esparcidos por el suelo. El olor a marihuana era el ambientador de casa y las palizas se convirtieron en algo normal para mi.

Ese era mi hogar.

- Papá, voy a llegar tarde a clase- dije preparado para salir con la mochila colgada del hombro.

Al contrario que los otros niños, yo deseaba ir a colegio, era mi forma de huir de ese lugar, de despejarme estudiando o pasando tiempo con mis amigos.

- No vas a ir. Vuelve a tu habitación- respondió el hombre que me maltrataba día tras día tumbado en el sofá.

Sus ojos estabas fijos en la televisión, al ver las imágenes en la pantalla aparté la mirada.

Una mujer rubia y desnuda gritaba de placer mientras un hombre la penetraba a cuatro patas. Orlando metió la mano por debajo de sus pantalones y comenzó a masturbarse como un animal.

Por ese tipo de cosas, nunca me atreví a traer compañeros a casa. Siempre que mis amigos querían venir o teníamos que hacer un trabajo en grupo me inventaba cualquier excusa con tal de que no vinieran.

- Tengo que ir, por favor. Hoy tengo un examen, si no voy la señorita Philip pedirá explicaciones- supliqué con miedo.

Estuve toda la semana sin salir de mi habitación, sin levantar la cabeza del libro. Preparé el examen a la perfección para ser la mejor calificación de la clase, mi sueño era ser policía, irónico.

En un test se dieron cuenta de que mi consciente intelectual estaba tres veces por encima de la media de mis compañeros. Era superdotado, presenté una creatividad sorprendente y una personalidad muy característica para tener nueve años.

La tutora llamó a Orlando para comunicárselo. Él no mostró ni la más mínima ilusión en que me adelantaran dos cursos por encima del mio.

No estaba dispuesto a pagar el material necesario, se gastó el dinero de mis libros en drogas y alcohol. Sólo colgó y volvió a inyectarse una dosis de heroína.

- Me importa una mierda.

- Papá...

- ¡No me llames así!- gritó enfadado lanzando una botella contra la pared.
Encogí mi cuerpo asustado y retrocedi varios pasos.

- Yo...yo he estudiado mucho- insistí con lágrimas en los ojos, no era justo.

Sin poder caminar, se acercó a mi con lentitud y cerré los ojos, sabía lo que iba a pasar. Me dió un puñetazo en la boca y me sacudió con fuerza cogiéndome por la camiseta.

- Escúchame bien, niño. Esos cabrones te están metiendo tonterías en la cabeza, estudiar no sirve de nada, ¿Me oyes? Esta tarde vamos a ir a ese colegio, no vas a ir nunca más.Despídete de tus amigos.- dijo sin sentir culpabilidad. Mi labio sangraba, dolía y escocia. No, no me podía hacer eso, iba a arruinar mi futuro. - Eres una maldita nenaza.

- ¡No quiero estar aquí! Por favor, Orlando...- lloré. El hombre me quitó la mochila como respuesta, sacó todos mis libros y empezó a arrancar las páginas de todos, uno a uno.- ¡No, no!

Aaron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora