Trolls: El amor es una cosa aparte.

Capítulo II

Narra Ramón: Todavía sigo en un gran shock por todo lo que he vivido estos últimos días, los cambios nunca han sido muy agradables o fáciles para mí, me resulta difícil aceptar que ahora en adelante la villa dejo de ser pequeña y ahora es un reino muy muy grande, créeme que de no haberlo visto, jamás lo hubiera imaginado.

He podido ayudar en la construcción de hogares, todos saben que mi ingenio y mi habilidad, cuando de seguridad se trata, siempre seré yo el indicado por ello, he estado ayudando los 7 días de la semana 20 horas al día en la construcción tanto que no he podido ver a Poppy como quisiera. Ella y yo nos saludado en las mañanas cuando yo voy para la construcción y ella va en camino para hacer sus deberes como reina junto con los otros líderes. Siempre nos saludamos con un cálido y podría decirse largo abrazo (tenerla entre mis brazos hace darme cuenta que ella es perfecta para mi).

Ella y yo no hemos podido hablar de lo qué pasó ese día en el World Tour pues nuestros deberes y ocupaciones se ponen delante de nosotros y cuando apenas estamos a punto de cruzar palabra alguien viene en busca de ella para arreglar cualquier inconveniente causado en la villa.

Poppy me ha llamado la atención toda mi vida, cuando la Reina y el Rey Peppy dieron la noticia de que su huevo de Bebé Troll estaba a días de romperse todos en la villa hablaban y predecían que este sería la o el Troll más feliz y más optimista de todos, no podía comprenderlo yo solo tenía 5 años, no entendía el por qué los Trolls decían eso hasta que llegó el tan esperado día en el que él huevo se rompió revelando a una pequeña Troll rosada sonriendo, y enamorando a cualquier Troll que la viera.

Ese día yo fui con mi abuela para poder conocer a nuestra futura heredera al trono y no lo podía creer, era tal como la habían predicho, era la Troll más alegre, más juguetona y con una sonrisa muy tierna.

-¡Woooow!-Dijo un pequeño Ramón admirado al ver a la bebe princesa.
-¡Hey!-Me dijo una Troll rosada y melena amarilla.-¿Te agrada la bebé?
-Es una bebé muy linda, no puedo esperar a que crezca para jugar y cantar con ella-Dijo Ramón.
-Okey a partir de ahora, te nombro mejor amigo de mi hermana ahhhh... ¿Cuál es tu nombre?-Preguntó la Troll de 10 años.
-Soy Ramón.
-Soy Viv...
-¡BERTENOS!-Gritaban los Trolls.

Como ustedes saben, eso nunca llegó a pasar, ya que al mes llegó el Trollsticio en pueblo Berteno que me quitó a mi abuela, mis colores, mi felicidad, a Poppy le quito a alguien que no tuvo mucho tiempo de conocer, a su madre. Y aunque ella no sabe está versión de la historia, siempre he admirado su fuerza, porque a diferencia de mí, yo sí deje que la tristeza opacara mi vida y terminé pasando muchos años de mi vida solo en el búnker.

Al pasar los años ella siempre me buscaba, me daba invitaciones para que asistiera a sus fiestas y me invitaba a salir a jugar, para mi era difícil corresponderle ya que ella no comprendía el dolor que sentí durante años al no tener a mi abuela; pero ella nunca se rindió a pesar de las veces que la humillé personal y públicamente, de las veces que tomaba aquellas invitaciones y frente a sus ojos las partía en muchos cachitos sabiendo que cuando ella se diera la vuelta los recogería y en mi búnker los arreglaría.

Nunca se dio por vencida, confió que dentro de mí no existía ese monstruo sin corazón y aunque al principio si era molesto, ella fue la única persona que en mi pasado obscuro podía considerar una amiga, ya que nadie se preocupaba tanto por mí como ella.

Por eso mi forma de agradecerle a ella, era dejar regalos una vez al año a todos los Trolls de la villa, para sentir que aún tenía una pequeña conexión con mi pueblo y ese estilo de vida feliz que mi abuela siempre había deseado para mi.

Hoy es diferente, porque al final no solo pude conseguir una pequeña amistad, sino que conseguí lo que tanto añoraba de pequeño, ser su mejor amigo, lo cual para mí es un honor y un privilegio, ella es tan maravillosa y aunque me saca de mis casillas por sus decisiones tan precipitadas y no siempre piensa en las consecuencias de sus actos, me alegra estar junto a ella para salvarla y ver que siempre ella esté bien.
Ella nunca se ha rendido conmigo, es la única que ha querido conocerme realmente y que me acepta tal y como soy; que me enseña a ser feliz, a divertirme y dejar de ser un loco paranoico.

No sé en qué momento pasó pero sin darme cuenta me enamoré de ella, de su sonrisa que es la más perfecta de todas, de sus ojos que son tan hermosos que podría verlos todo el día sin cansarme y su olor a vainilla me encanta, su voz y esa personalidad tan linda que me hace enloquecer, así es ella, es perfecta.

Haberle dicho ese "Te amo" fue de las cosas que más me ha costado decir en la vida, la oportunidad no se presentó tan fácilmente y esa incertidumbre por saber si ella sentía lo mismo por mi, me invadía con duda, pero al ser correspondido no necesitaba más en la vida porque con ella lo tenía todo, después, de un momento a otro no se como pasó, pero solo sentí sus labios con los míos en un pequeño pero muy significativo beso, ella es perfecta, no necesito decírselo porque ella sabe que lo es, pero ahora debo encargarme de decirle que ella es quien quiero amar y cuidar cada día de lo que resta de mi vida.