CELOS ENTRE HERMANOS

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Abby: ¡Buenos Días mi muñequito! Le dijo dándole un beso. Y Robert aun con lo ojitos cerrados se limitó a responder.

¡Buenos días mami…! estirando su bracitos con los puñitos cerrados arriba y después abajo, para luego y voltearse, quedando enfrente de su padre, se movió hasta quedar pegado al pecho de Edward, buscando un cariñito, del mismo. ¡Papi!… dijo casi en un murmullo.

Edward, le correspondió con un abrazo fuerte y muchos besos, ¡Hola campeón!, hora de pararse señorito, que tenemos clases.

Robert: ¿No podemos quedarnos hoy en casita? ¡Así estamos tan rico!

Abby/Edward: Jajajaja…. 

Edward: Sin vergüenza…arriba.

Robert: ¡Ahhh! no quiero papi, dijo haciendo un puchero y abriendo finalmente los ojos.

Edward: Yo, tampoco tengo ganas de trabajar, pero es nuestra responsabilidad. ¡Arriba! Y lo cargo como un saquito de papas para llevarlo a su cuarto, para que se alistara. De salida… el niño le lanzaba besos con la mano a Abby… diciéndole que se lo llevaban de ahí en contra de su voluntad, ella se reía. Sabrá lo encantadoramente bello que se ve haciendo eso, pensaba.

En el pasillo un Rey, más que listo con baterías más que recargadas se cruzo con su padre y su hermanito.

Rey: ¡Buenos Días Papá, Rob! todavía en pijamas ¡que horror!. ¡Están lentos!. Abby, salía también del cuarto para despertar al dormilón de Ray, que siempre le costaba levantarse con la excusas de 5 minutos más, por lo general recibía una nalgada más que cariñosa para levantarse o una advertencia. 

Edward, se alistó rápido y bajó para aprovechar de conversar con Rey, a solas en el comedor mientras el resto de la tropa se vestía para bajar.

Edward: Rey, necesito conversar contigo.

Rey: ¡Si, papi! Mirándolo con esa cara que sabía colocar de inocencia total, la que derretía a más de uno entre esos a Edward, quién no le quedo de otra que sonreír, y mover la cabeza, para no caer en sus encantos.

Edward: Preparado para hablar con el director.

Rey: Sí, papi… tranquilo, pan comido.

Edward: Óyeme es muy noble culparse para defender a los hermanos, nosotros también lo hacíamos aunque no siempre nos servía….tu abuelo es más del estilo “Pagan todos, justos por pecadores”.

Rey: ¡Ouch!, se sonrío.

Edward: Pero, no quiero más mentiras de este tipo mi Rey, cada quien debe ser responsable de sus travesuras, ¿Entendido?

Rey: Sí, papa…. pero es que a veces…es algo que no hacemos a voluntad, sobretodo cuando son los enanos.

Edward: Jajaja…cualquiera diría que tú eres muuuuy grande, tú estas más hacia el rango de los enanos.

Rey: ¡Que va! Yo soy mucho más maduro…inclusive que Ray…shhh pero no le digas que se ofende.

Edward se le quedó viendo, internamente le dió la razón…Ray, era mucho más niño por las cosas que decía y como las decía, sobre todo a la hora de un castigo que Rey, lo que pasaba es que este ultimo, se hacia pasar por más pequeño cuando le convenía…explotando su encantador carisma manipulador.

Edward: Ok, entonces me valdré de esa madures, que alardeas para pedirte un favor.

Rey: ¿Un favor?

Edward: Cuándo puedas, conversa con Robert, tu hermanito te ve como un súper héroe, su modelo a seguir, solo  que al parecer adopta fielmente lo que dices… y últimamente solo lo malo, … lo que te gustaría hacer pero lo que los demás no te dejamos.

LA FAMILIA HOFFMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora