LA FAMILIA HOFFMAN

SOLO NECESITO SU FIRMA

Sara y Samuel conversaban sobre el viaje de Italia, el mismo había sido emocionalmente agotador, sobre todo para Mario, quién no sólo había tenido que lidear con la verdad de reconocer que no era hijo consanguinio de Samuel, sino descubrir que sus hijos lidean con sus propios problemas, que necesita mejorar y ser fuerte por él y por su familia, así que tomó una decisión importante, tomar un año sabático y regresar con la famila a Venezuela, y vivir en casa de sus padres hasta retomar las riendas.

Sara y Samuel estaban ahora felices de ver como su hijo recuperaba su estabilidad emocional, estaba siguiendo el tratamiento al pie de la letra, ese día en particular los chicos habían querido salir a un parque de diversiones e invitaron a todos sus primos, cómo resultaría esa salida, porque Mario y Beatriz  salieron solos con toda la tropa ya que los padres estaban en el trabajo.

Samuel: Lo más importante es que Mario comprendió que es mi hijo y nada ni nadie puede cambiar eso, todos nuestros estos hijos son maravi… pero fue interrumpido por la puerta, yo voy. Digo besando a  Sara, Samuel quedó congelado, un chico de unos 14 o 15 años que era una copia al carbón de su Ed a esa edad.

Sara: ¿amor quién es? Dijo preocupada por la reacción de su marido.

Samuel, no contestaba, por lo que Sara se acercó y al ver al niño, un  desespero la invadió acaso había aparecido otro nieto pero ahora más grandecito o peor su Samuel la había engañado.

Matt: Disculpen, pero estos datos me los dieron en la clínica de fertilización. Se a pronto a decir para no producir un quiebre en la familia, yo no quiero nada de usted señor, señora, pero no quiero volver al hogar, mi mami murió hace dos años y mis abogados desde entonces han estado buscando a mi pariente más cercano, sólo necesito que firme un documento donde dice que usted se hace cargo mío, pero sólo de papel, yo tengo dinero, mami me dejo todos sus bienes no necesito nada sólo que el gobierno no me deja vivir solo, no quiero esperar un año más viviendo en ese hogar, por favor don Samuel se lo ruego sólo firme y no volverá a saber de mi.

El chico trataba de no llorar, todo era tan difícil, sí bien en el hogar que vivía no era malo pues los albaceas de su herencia se preocupaban que no le faltara nada, el quería volver a vivir a su casa, tampoco era cómo que se volvería loco con la libertad, él pensaba vivir con Sonia la mujer que lo había cuidado desde que nació pues su madre necesitaba ayuda, por lo que en cuanto se entero de quién había sido el donante fue a su búsqueda, no entendía mucho de la confidencialidad y del soborno que sus albaceas tuvieron que pagar para conseguir el nombre, del donante 2058.

Samuel: De...De ¿la clínica de fertilización? pero...

Sara: ¿De qué habla este joven? Samuel.

Samuel: Sara, te acuerdas cuando Luis y Mario, se enfermaron y no teníamos dinero para llevarlos al médico porque había invertido días antes todo lo que tenía en la inicial para la oficinita, pues la clínica de fertilización fue a solución a mis problemas financieros en ese momento. Murmuró apenado a su mujer, olvidando por un segundo al chico que tenía enfrente.

Sara: Es….es tu hijo. Dijo mirando detenidamente al niño.

Matt: no señora, yo tengo claro que él solo fue donante, no pretendo nada más se lo juro, yo tengo dinero, ponga un precio por su firma y esto será solo una pesadilla.

Samuel, reaccionó ante aquellas palabras y lo miró detenidamente, era tan parecido a Eduardo físicamente pero tan arrogante y orgulloso cómo solo Luis podía serlo. Qué se estremeció por dentro.

Samuel: Pasa hijo hablaremos mejor adentro. Y la palabra hijo la dijo sin pensar, más como expresión que por otra cosa.

Matt: yo no quiero molestar señor, tome, dijo acercándole un portafolio, que sus abogados lo estudien y pongan el monto, los míos ya revisaron los papeles, señor realmente no quiero tener que volver a ese hogar, mami me explico que yo no tengo papá, no pido uno, sé que no tengo derecho a uno. Agrego eso último más bajito