92.

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Mis manos temblaban mientras veía a Carl.

Luego de asimilar la noticia me había animado a revisar su herida, no era profunda, solo era un maldito rasguño, por ello la infección no había avanzado tan rápido, aún así tal vez no resistiría la noche.

Mentalmente trace mil maneras de salvarlo, pero no podía intentar ninguna, no aquí, necesitaba un hospital o mínimamente un ambiente un poco menos insalubre, pues aunque lograra salvarlo de la enfermedad, podría coger otra provocada por una infección.

—Vanessa —me llamó Daryl, lo miré un breve momento y volví mi vista a Carl.

—No puedo dejarlo morir sin más... —susurré y fruncí mis labios—. Pudimos cortar la infección de Hershel deshaciéndonos de la fuente de propagación, podría...

—Lo mordieron.

—No es profunda, es un maldito rasguño... Pero aquí no puedo y ahora estoy perdiendo el tiempo —me quejé mientras buscaba con la mirada a Dwight, cuando lo encontré, avance hacia él—. Tú, ¿Qué tan seguros son los caminos ahora?

—¿Qué?

—¡Los caminos! ¡Dame una ruta hacia el hospital más cercano! —le exigí, Daryl llegó y puso sus manos en mis hombros, pero lo aparte de una sacudida—. Ahora no, Daryl, estoy pensando en una maldita forma de salvar a Carl, yo no pienso perder a nadie, ¿Lo entiendes?

—¿Lo puedes salvar? —preguntó Michonne, no me había dado cuenta de que había llamado la atención de todos allí.

—Si no puedo, mínimamente voy a tratar —prometí y me volví a girar a Dwight—. Estoy esperando una respuesta y justo ahora no tengo mucha paciencia.

—No van a mandar a nadie a patrullar los caminos. Antes de partir, Negan se dio cuenta de que los puestos de avanzada habían sido tomados. El hospital más cercano queda a dos horas en auto, pero no tiene muchas cosas, nos llevamos todo cuanto pudimos.

—¿Hay farmacias cerca? ¿Revisaron la bodega?

—No, no lo creo, la ciudad estaba llena de caminantes...

—Vanessa, no puedes ir sola —lo interrumpió Daryl.

—No iré sola. Merle, ¿Estás conmigo? —le pregunté, Daryl abrió los ojos, sorprendido por mi elección—. La segunda parte de este plan funcionará si tú estás al frente y aseguras que todos lleguen a Hiltop, no me necesitas ni a mí ni a Merle, tú puedes hacerlo.

—¿Y se supone que esté bien con todo esto? —me reclamó.

—Vanessa... —me llamó Carl, lo miré de inmediato—. No tienes por qué hacerlo, yo...

—Los enfermos no tienen ni voz ni voto, hasta que no te mejores, no planeo oírte —replique y volví a enfrentarme a Daryl—. No te estoy consultando ni pidiendo parecer, Daryl, ya lo decidí... No quiero vivir con el remordimiento de que pude haber hecho algo para salvarlo y no lo hice, y supongo que tú tampoco por no dejarme ir... Daryl, si no podemos proteger esta familia que tenemos...

—Estás jugando sucio —protestó, pero terminó asintiendo—. Mínimamente los llevaré en la moto hasta sacarlos de aquí.

—Bien.

—Vanessa, ¿Estás segura de que puedes? —pregungó por primera vez Rick mirándome directo a los ojos, tal parecía que le había devuelto un poco de esperanza.

—Sí —respondí con seguridad y luego miré a Carl, las pastillas que Siddiq le habían dado, habían bajado un poco la fiebre—. Quiero pensar que hemos desarrollado cierta resistencia, ¿recuerdas con Hershel? La infección dejo de avanzar al cortar su pierna, puedo intentar hacer algo similar con Carl, pero sin los instrumentos necesario, terminaré por matarlo, no correré riesgos innecesarios.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora