89.

1K 67 12
                                    

     —La verdad, no creí que nos siguieran cuando abandonamos el auto —admitió Daryl mientras íbamos en la moto.

    —Te lo dije, confía en mí, ya se han encariñado conmigo, no son capaces de dejarme —bromeé abrazándolo con firmeza.

     —¿Vamos a tiempo? —preguntó, yo miré el reloj en mi muñeca.

     —Pues unos minutos tarde, pero no importa —respondí mientras miraba la larga fila de caminantes a nuestras espaldas.

     Con la última corneta de aire comprimido que me quedaba, atraje su atención, los caminantes rugieron hambrientos y estaba segura de que aceleraron el paso. Cuando esta se quedó sin aire, la arrojé en su dirección, estaba segura de que nos seguirían sin necesidad de más trucos.

     —Voy a acelerar —me avisó Daryl, lo sujete con firmeza.

     Prácticamente, en escasos minutos encontramos a los muchachos en el puente, ellos subieron a su auto, luego de compartir unas breves palabras con nosotros, y nos dirigimos al Santuario, apenas estuvimos a unos cien metros, el auto bomba que habían dejado preparado, explotó.

     —Bien, la primera fase está hecha, ¿qué sigue? —le pregunté cuando vi que la horda nos seguía.

     —Esperarla y guiarlos por la zona de suburbios antes del Santuario, ¿recuerdas a donde irás después?

     —Sí, de vuelta a la estación de radios con el equipo de Ezekiel, necesitarán mi arco —le aseguré con una sonrisa, él rió.

     —Cuídate, ¿quieres? Yo iré con Rick a otro lado.

     —Por supuesto, entonces... ¿nos vemos para la cena?

     —Sí, nos vemos para la cena —respondió y luego resopló—. No juegues a ser la heroína, no tendré tiempo para ir a rescatarte.

     —Y tú evita las víboras, tampoco voy a poder ir a buscarte —replique en burla, logrando hacer que riera.

     Daryl aceleró hasta que llegamos a nuestro segundo punto de reunión, teníamos que lograr otra explosión y de allí yo seguiría con Daryl hasta el Santuario, después nos separaríamos. Mientras esperábamos, vi a los demás chicos, Carol tenia un gesto extraño, Tara y Rosita también, y... Bueno, creo que a estas alturas era evidente que nadie estaba bien, ni siquiera Morgan, justo ahora lo veía en una etapa un poco vengativa, sin embargo, no lo podía culpar, yo aún no perdonaba a Negan por todo lo que nos había hecho, en especial a Daryl y a Glenn.

     —Se están acercando —observó Tara, de inmediato todos notamos a un caminante que iba a activar la trampa.

     —Yo me encargó —interrumpió Morgan justo cuando Daryl y yo levantamos nuestras respectivas armas.

     —Bien, prepárate, Pólvora —murmuró Daryl, yo sonreí y asentí, sin que se lo esperara, lo abrace—. Vanessa...

     —No digas nada, no lo hago por si algo malo sucede, sólo quiero hacerlo —susurré—. Eres todo lo que tengo, Daryl, por favor, cuídate.

     —Lo haré —prometió, lo solté justo cuando el quejido de los caminantes nos interrumpió.

     —Bien, debemos irnos —avisó Carol mientras se alejaba con los demás, nosotros asentimos.

     Rápidamente, Daryl subió a su motocicleta y yo subí detrás de él, sujetándolo con firmeza, me pasó una pistola.

     —A los bidones de gasolina, las balas están justas, no falles —me indicó, yo asentí mientras la tomaba.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora