63.

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     Apenas llevamos a Rick dentro de la casa de seguridad, por orden de Deanna, me dispuse curarlo con ayuda de Rosita, tuve que limpiar la sangre y luego hacerle una limpieza profunda a sus heridas, ya que no quería que se infectaran. Cuando su cara sólo tuvo cortadas, comencé a ponerle las banditas, finalmente terminé y lo dejé, ya que comenzaba a moverse. Me quede en la puerta, esperando a que se levantara junto con los demas chicos, Michonne lo espero delante.

     —No creo que vaya a recobrar la conciencia pronto... tal vez deberíamos de dejarlo descansar —comente, los chicos entendieron la indirecta y comenzaron a salir, yo mire a Michonne—, ¿te quedarás?

     —Lo que haga falta, si veo que comienza a despertar los llamaré, por ahora vayan a descansar —respondió, yo asentí y salí del cuarto.

     Dentro de la casa el humor no era el mejor que se pudiera esperar, todos estaban tensos y evitaban hablar, incluso Merle, se habia mantenido conmigo, pero callado. Solamente hasta que la noche cayó y nos quedamos solos en la sala, hablamos.

     —Las cosas no pintan bien, ¿no es así? —le pregunté, él se habia mantenido fuera, escuchando lo que todos hablaban sobre Rick, suspiró y se dejo caer en el sofá.

     —Algunos piensan que sera mejor que Rick se vaya, otros que todos... no se qué vaya a suceder mañana, supuestamente Deanna planea hacer una especie de reunión para consultarlo y tomar una decisión —dijo, yo solté un suspiro y mire las velas que danzaban, por el alboroto Eugene no habia reparado la electricidad.

     —¿Tienes algún plan que hayas aprendido para contingencias como éstas? —cuestione, él negó.

     —Nunca me había enfrentado a algo así, Rick jodió las cosas, de verdad, Deanna no está loca, pero tiene miedo... la verdad sé que si algo increíble no sucede, nosotros nos iremos o tomaremos el lugar, cueste las vidas que cueste —reflexiono, lo mire mal—. Vamos, Vanessa, sabes que es verdad.

     —No es la forma, Merle... deberíamos de poder hacer las cosas bien, sin necesidad de matar, ¿te has dado cuenta de que se ha vuelto tan normal como respirar?, ¿eso queremos para nuestro futuro?, ¿para Carl o para Judith? —pregunte, él negó.

     —Se a lo que te refieres... No estoy seguro de que tantas influencias tengas entre esta gente, pero mañana las deberás de poner a prueba, debes de convencerlos que lo que dijo Rick es bueno y no malo, que no planea un genocidio masivo si no se le ayuda...

     —No tengo tantas influencias, Merle —dije y me levanté, él rió y me imitó.

     —Claro que las tienes, deberías de oir a las personas hablar de ti, te respetan, si tu hablas, de seguro entenderán —me animó, yo me encogí de hombros mientras subiamos las escaleras.

     —No soy una heroína, Merle... como sea, ya veremos que pasa, Michonne no vino a vernos, por lo que Rick debe de seguir inconsciente o tal vez ya esté dormido, como sea, mañana ya veremos que sucede —reflexione mientras llegabamos a la puerta de nuestras respectivas habitaciones, yo abrí la mía, era raro dormir sola.

     —Te hace falta, ¿no? —me cuestionó mientras se recargaba en el marco de la puerta, yo suspire y asentí.

     —Demasiado, pero soy consciente de que tenemos responsabilidades aquí, aunque mas le vale que regrese pronto, sino tendré que ir a buscarlo —respondí, él rió.

     —Tiene suerte de tenerte.

     —Son mi familia, todos pueden contar conmigo —le recordé mientras le miraba, él asintió.

     —Y tu con nosotros, pequeña Dixon —dijo, yo sonreí.

     —Hace mucho que no me llamabas así, se siente bien oírlo.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora