10.

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     Apenas desperté, fui a la casa de Hershel a ver a Daryl, cuando llegue le estaban cambiando los vendajes, vaya, a él le ponía menos peros que a mi, me acerqué para ver cómo lo hacía.

     —¿Tu fuiste quien limpio su herida? —me pregunto Hershel, yo asentí.

     —Si, sólo tenía agua y un par de vendas, hice lo mejor que pude —explique, él asintió, se veía un buen hombre.

     —Acércate, como ustedes están a fuera deberán de revisar sus heridas constantemente, la coloración de la piel te dirá su estado, cambia las vendas cada que lo necesite, su salud estará en tus manos, ¿entendido? —me pregunto Hershel, asentí.

     —¿Qué debo de hacer? —pregunte, descubrió su herida y me enseñó las suturas, debía de mantenerlas limpias y evitar que los puntos se rompieran, me enseñó cómo limpiarla con alcohol y como poner la venda adecuadamente, era relativamente sencillo, en la carrera de medicina pase por un tronco común donde había aprendido algo de esto.

     —Toma, usa esto para cambiarlas, con unos días de reposo podré quitar los puntos, mientras tanto mantenla limpia y cuidada la herida —dijo y me dió una bolsa de cuero con la parafernalia para curación—. Con respecto a la herida en su pierna, sólo fue un golpe, que repose hoy, la inflamación bajo, vigila que no se apoye en esa pierna —me aconsejo y se levantó.

     —Gracias, por todo —respondí, él asintió y salió—. Bien, supongo que mencionó lo de estar a fuera porque tú no quieres estar aquí —le dije a Daryl, él asintió.

     —Ya descanse, podremos volver a la búsqueda de Sophia.

     —Daryl, por lo menos date éste día para sanar tus heridas. Vamos, te ayudaré a llegar a fuera —dije y me acerqué, vi que no tenía camisa aún, tome la que estaba doblada a sus pies—, ¿es tuya?

     —Glenn la trajo —me dijo Daryl, se la lancé mientras me acercaba para ayudarlo a sentarse en la orilla de la cama, lo dejé que se vistierá.

     Cuando acabo abrí la puerta y lo ayude a levantarse, quería caminar sólo, así que le hice compañía en el trayecto, se sujetaba de la pared, de vez en cuando de mi hombro, cuando llegamos a las escaleras no rechazó mi ayuda, le serví de apoyo, sosteniéndolo, cuando terminó, cosa que fue un alivio, el oír como se quejaba por bajar no era agradable, me soltó. Abrí la puerta principal y le ayude a salir, una ligera capa de sudor se había formado en su frente, bajamos el porche con más facilidad, el trayecto hacia nuestro campamento fue más sencillo, Carol le habia preparado la tienda de campaña, y ahora hacia el desayuno, la saludamos cuando pasamos a su lado, para meterlo en la tienda fue un caos total, molesto terminó doblandose y metiéndose en ella.

     —No seas bruto, puedes botar tus puntos —lo regañe mientras le ayudaba a acomodarse, él gruñó algo—, ¿tienes hambre, Dixon?

     —Si digo que si, ¿me dejarás sólo? No estoy acostumbrado a tantas atenciones —comento, yo me reí.

     —Lo tomaré como un simple si, ya vuelvo —dije y salí, mientras iba con Carol me crucé con Andrea, se me acercó con una expresión de culpabilidad.

     —Hey, Vanessa —me saludo, yo me limité a mirarla, tal vez un poco muy seria, seguía siendo la idiota que me disparó.

     —¿Qué sucede? —pregunte, ella pateó la tierra, apenada, jugaba con un libro que tenía en sus manos.

     —Yo... Quería disculparme contigo por el disparo... No fue mi intención, el sol cubría sus rostros, Daryl caminaba como un caminante y tu te abalanzaste cuando Rick iba llegando... Me confundí, ¿podrías perdonarme?

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora