16.

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     Ayer cayó granizo, así que hemos decidido apresurar nuestra salida unos días antes, hemos dejado a nuestro equipo en una casa de un pueblo pequeño, a Maggie y a mi se nos ocurrió la idea de poner cuerpos de caminantes alrededor para esconder nuestro olor, teníamos uno muerto casi cada dos metros por todo el perímetro de la casa, no sabíamos cuanto tardaría nuestra expedición, pero era mejor dejar a salvó a los demás.

     Apenas tuvimos la casa y todas las entradas aseguradas, comenzamos a llenar el tanque de dos autos, esta vez Daryl y yo llevaríamos la camioneta, pues había insistido en la ventaja de llevar también la moto, cosa que le concedía, por su parte, Maggie y Glenn se llevarían otro auto normal. Cuando tuvimos todo listo, Carol nos repartió algo de comida para tres días, ésta vez Daryl se aseguró de que tuviera suficiente nuestra bolsa, no había estado nada contento con Carol por secundar mi plan de ayuda para con Lori, por lo que se había esforzado por conseguir comida en el bosque y en las búsquedas pequeñas que hacíamos por las casas, había tenido suerte, estábamos bastos por primera vez en semanas, así que incluso con gusto, acepte la comida.

     Salimos sin despedirnos de los demás, solamente les avísamos que volveríamos más tarde, ya en la calle, miramos a Maggie, yo fui y la abracé.

     —Mucha suerte, Maggie, cuídense —dije, ella asintió y me soltó, fui con Glenn y también lo abrace—. Cuídala.

     —No lo tienes que pedir, siempre lo haré —respondió y me soltó, miraron a Daryl y le dieron un asentimiento, no hacía falta decir lo obvio, sabían que ambos nos cuidabamos.

     —Eso espero —dije y camine hacia la camioneta.

     —¡Hey, Vanessa! —me llamo Glenn, giré a verlo mientras abría la puerta del copiloto.

     —¿Si?

     —¿Qué te parece una apuesta? —pregunto animado mirando a Maggie, ella río negando con la cabeza—. El que traiga más cosas gana.

     —¿Qué hay para el perdedor? —pregunte interesada mientras me recargaba en el techo de la camioneta, Daryl me dirigió una mirada de interés.

     —¿Qué te parece salir en ropa interior cuando ya haya caído la nieve? —ofreció, mire a Maggie.

     —No, yo no entro en ello, el reto es todo de Glenn —aclaró riendo, me uní a sus risas y mire a Daryl.

     —Dixon, ¿qué dices? —le pregunté, intercambio miradas entre Glenn y yo, luego asintió.

     —Siempre es algo nuevo ver a un chino congelándose el trasero —esa es la actitud.

     —Perfecto, Glenn, asegúrate de buscar ropa interior limpia para que cumplas el reto —grite y me metí en la camioneta, Daryl me imito, el ambiente era bueno, cuando los coches se encararon nos aventaron las luces, Daryl hizo lo mismo.

     Viajamos en dirección opuesta a ellos, el camino por el que habíamos venido tenía dos bifurcaciones, por lo que aprovechamos ello para buscar por ambos caminos. Cuando llegamos a una especie de barrio perdido, convencí a Daryl de parar el auto y revisar las casas, ambos íbamos muy enserio con eso de ganarle a Glenn. Revisamos tres casas, en la parte habitada no había gran cosa, algunas latas y poca ropa, por lo que decidí subir al ático, Daryl no estaba para nada convencido de mi idea, pero aún así me ayudó a bajar las escalerillas de todas las casas.

     En la primera había encontrado abrigos, no muchos, pero si tres de distintos tamaños, también algunas cobijas invernales, en el segundo encontré adornos navideños, una caja con pequeñas esferas de colores, en la última no había nada más que artículos de diferente índole, más para la confección de muebles y cosas así, tome un hacha pequeña, era lo único valioso.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora