23.

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     Ya llevábamos unas buenas horas manejando, la luz del sol había dejado de molestar, dándonos un cómodo atardecer, antes de llegar a la comunidad, Woodbury, si, ya se, que nombre tan original, pero bueno, antes de llegar allí, tuvimos que dejar el auto, según Michonne, tenían todo muy bien vigilado, por lo que de seguro escucharían o verían si nos acercábamos con el auto, Rick no estaba tan convencido ahora de seguir sus instrucciones, pero no le quedó de otra, era la mejor opción que teníamos, claro que no se abstuvo de amenazarla sobre si intentaba alguna otra cosa, ella se mostró decidida, por lo que no le dio importancia a las palabras de Rick.

     En el coche deje mi mochila y solamente cargue mi arco más la mayor cantidad de flechas que pude llevar en una pequeña bolsa y dos pistolas que Rick me había dado, no tenían silenciador, por lo que las usaría solamente en emergencias. Comenzamos a caminar por entre los bosques, a Rick se le ocurrió la idea de mandarme delante con Michonne mientras que ellos tres vigilaban atrás, me mantuve cerca de ella, sin embargo, no pude ignorar a la vocecilla en mi cabeza que tenía una pregunta desde hace mucho.

     —Michonne, ¿te puedo preguntar algo?

     —Ya lo estás haciendo —observo, sonreí, vaya, creo que podría llegará llevarme bien con esta mujer—, ¿de qué se trata?

     —Tal vez te parezca extraño que pregunte por ello, pero... ¿crees que me podrías decir cómo es Merle?, yo nunca lo conocí, cuando llegué a este grupo, él se había marchado —explique.

     —Yo oí que lo dejaron esposado en un techo —comento, hablábamos en un volumen bajo para que los chicos no nos escucharan.

     —Yo los encontré al día siguiente de eso... trate de ayudarle, pero me fue imposible —explique, ella asintió.

     —¿Por qué tú interés en conocer cómo es?

     —Veras, él es el hermano del tipo con la ballesta, y bueno, ya que yo estuve a punto de salvarlo y no he oído ninguna cosa buena de él, quisiera ver si el problema es la perspectiva o él —dije, ella me miró un tanto confundida.

     —Ya veo, cuando mencionaste que era su hermano, pensé que querías saber con qué clase de familia te estabas involucrando —comento, yo la mire confundida.

     —¿Que? —pregunte, cuando entendí sus palabras me puse un poco nerviosa—, oh, no, no es eso, son muy diferentes, según lo que dicen, pero yo no... no trato de entrar en la familia —trate de decir con cordura, sin embargo la vergüenza pudo más que yo, de manera amable, no se burló de mi reacción y se tomó con seriedad mi pregunta.

     —Es un idiota, de eso no hay duda, lo peor de todo es que tiene iniciativa, sabe matar, sí, demasiado bien para creer que lo comenzó a hacer por necesidad, mirándolo al lado de su hermano, realmente no se parecen, tiene la tez clara y el cabello rubio, muy corto, su barba con algunas canas y... ya no se que mas decir, creo que en lo único que se parece a ese sujeto, es en que ambos tienen los ojos claros —dijo un tanto vencida, yo asentí, preguntarle si era un patán o no, sería muy tonto considerando el hecho de que estuvo a punto de matarla.

     Seguimos nuestro camino en silencio por unos minutos más, sin embargo, sin previo aviso, una serie de caminantes comenzó a acorralarnos, claro que Rick pensó que Michonne nos había traído a una trampa, hasta que le hice ver que sus posibilidades de sobrevivir eran las mismas que las de nosotros por el simple hecho de que no estaba huyendo hacia un lugar más seguro, comenzamos a correr por entre los árboles, pensábamos que íbamos a morir hasta que encontramos una cabaña. Daryl se adelantó para abrirla, mientras los demás tratábamos de alcanzarlo, cuando lo logró, la revisó rápidamente y entramos, apenas y pudimos cerrar la puerta, nos mantuvimos contra ésta por un momento, hasta que nos convencimos de que no se caería, sin embargo, como si la mala suerte se burlara de nosotros, resultó que había un pobre diablo allí adentro, ignorante de todo, comenzó a decir que estábamos en su casa y que saliéramos, grito y con ello atrajo la atención de los caminantes, era muy escurridizo, por lo que no tardó mucho en que llegar a la puerta, con la clara intención de abrirla, lo mire con temor, si lo hacía, todos estábamos muertos, dispuesta a evitarlo levanté mi arco y le deje ir una flecha al pecho, no conté con que lo mataría en lugar de detenerlo, el pobre hombre cayó contra la puerta, pero ésta se mantuvo cerrada.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora