El Arquero del Fin del Mundo

88.

     Y aquí continuando con mis actualizaciones desde la comodidad de mi casa debido a mi recuperación. De verdad, muchas gracias por sus comentarios y mensajes privados, me sacan grandes sonrisas, ya estoy en la etapa de salida de este virus, así que pronto seguiré con mis clases en línea y de nuevo me van a estar robando tiempo, pero no importa, antes de que eso pase, con mucho cariño, un nuevo capítulo para ustedes, corazones 🖤🖤🖤🖤🖤 les amo!!!

     —Ya llegó Daryl —me informó Tara, yo asentí y tomé mis cosas.

     Prácticamente Daryl iba a hacer una entrada por salida, pues ya no podíamos perder el tiempo. Rápidamente fui a despedirme de los muchachos, sin embargo, vi a Carl caminando un poco enojado y a Rick detrás de él, tenía un gesto molesto.

     Daryl me encontró a escasos metros de nuestro vehículo, le dirigí una mirada muy significativa.

     —Bien, ve, pero no tardes —accedió, de inmediato fui y lo abrace para después besar su mejilla.

     —Eres el mejor, ¿te lo había dicho? —le pregunté alejándome de él.

     Eché mi pequeño equipaje en la parte trasera del auto y prácticamente fui corriendo a la habitación de Carl, estaba segura de que, con Enid en Hiltop, no tenía muchos lugares a donde ir el solo. Apenas llegué ante su puerta, toque y un "vete" fue lo que recibí en respuesta, arriesgándome, abrí la puerta y asomé mi cabeza.

     —Pero ya me voy, ¿no me vas a decir "adiós"? —le pregunté haciendo un puchero, él lo notó y me sonrió con un dejo de tristeza.

     —Perdón, pensé que eras mi papá.

     —Bien, cuéntale a tu querida hermana mayor qué pasó —le pedí mientras entraba y me sentaba frente a él.

     —¿Recuerdas cuando estábamos en la prisión y papá no quería que tú dejaras entrar a cualquiera? —preguntó, yo asentí con una sonrisa.

     —Sí, y también recuerdo que ninguno de ustedes me apoyo para llevarle la contraria, ¡qué malos eran con mi causa! —bromeé, pero cuando Carl no rió, supe que algo malo había pasado—. Bien, habla, qué hizo tu padre.

     —Estábamos buscando cosas, combustible y así —empezó, yo asentí, invitándolo a continuar—. Me alejé de él un par de metros y, bueno, llegue a una gasolinera abandonada, pero, mientras buscaba, encontré a una persona, bueno, primero la oía. Vanessa, yo sé que él no era malo, su voz me lo decía y también las cosas de las que hablaba, yo...

     —¡Ey! Te creo, está bien, continúa —lo animé mientras ponía una mano en su hombro.

     —Estaba hablando, tenía hambre y, bueno, yo quería ayudarlo, pero papá comenzó a disparar. Está obsesionado con que todos allá afuera, mientras no sean nuestros aliados, son miembros de los Salvadores, pero yo no lo creo. Tú ya una vez lo dijiste, allá afuera hay gente buena y si nosotros no los ayudamos, ¿quién lo hará? ¿morirán? ¿o Negan los va a reclutar? —preguntó, de su hombro, lleve mi mano a su cabeza y le di un par de palmadas.

     —Dime que cuando yo no dije no soné tan dramática como tú —le pedí, él alejó mi mano.

     —Vanessa... —se quejó, suspire mientras meditaba mis palabras.

     —Tú hiciste lo correcto en esperar y querer ayudarlo, pero... Tu papá también hizo lo correcto al ahuyentar a ese sujeto... Es complicado de entender, lo sé, pero, si lo piensas por un momento, puede que él no sea un Salvador, sólo una pobre alma en desgracia, pero ¿y si no? ¿y si resulta una especie de espía al que, una vez que traigamos a Alexandria, la va a atacar desde adentro?