Maratón 3/?
Las cosas... las cosas no eran las mejores últimamente, llevaba una semana desde que dejé a Eric y a Aarón, dos desde el último día que estuve con mi equipo. Dos días estuve de camino a Washington y cinco tratando de entrar a la ciudad, pero simplemente no podía, había una horda en cada entrada, demasiado grandes como para moverlas. Hace dos días estuve a punto de entrar a la ciudad, había movido un grupo de autos a una bifurcación y tenía preparada una motocicleta para entrar rápidamente a la ciudad, los caminantes no tardaron en llegar, avance con la moto, la primera horda no fue un problema, la segunda sí, era tan densa que no pude pasar con la moto por entre ella, así que mi única opción fue regresar.
Un día más me tomo darme cuenta de que no había posibilidades de que mis amigos hubieran podido pasar por ahí, simplemente era imposible, a no ser de que se pudiera mover a una gran cantidad a puntos específicos y de ahí acabarlos con, no sé, fuego, una explosión o con algo. Más que derrotada, volví mi rumbo de vuelta a la iglesia, esperaba encontrarme con mis chicos, claro, sí tenia suerte, pero no fue así, todo el tiempo que me tomo volver, más que el de ida, se me fue en buscar alimento y agua, desde hace unos días una increíble sequía se había desatado y la onda de calor, producto del verano, no se hizo del rogar, a pesar de usar solo una blusa de tirantes y un pantalón corto, sudaba como si estuviera en un sauna, en fin, justo ahora no sabía si las cosas podían ser peor, claro que no lo dudaba, bien podría ser un caminante o encontrar a mis amigos en ese estado, pero en la medida de mis posibilidades, si podrían ser peor, justo como...
—Oh, no —dije mientras levantaba mi última botella de agua, tenía a penas la mitad y aún me faltaban unas buenas horas de trayecto para volver a la iglesia.
Suspiré y me deje caer contra el asiento, justo ahora era mediodía, el sol en su punto más alto estaba logrando poner mis ojos borrosos. Limpie el sudor de mi frente y me pase a los asientos traseros del auto, seguir con este clima, sólo conseguiría provocarme un accidente, preferí dormir por ahora y continuar por la noche.
Golpes constantes lograron despertarme, abrí los ojos y mire a mi alrededor, estaba muy oscuro, pero también muy ruidoso, me talle los ojos, acostumbrándome a la escasez de luz, cuando lo hice fui consciente de que tenía a una docena de caminantes o más a mi alrededor, mi única protección eran los vidrios, los cuales no podría seguir contando por mucho tiempo, ya que el de atrás estaba quebrado.
—Bien, hora de irse —murmuré con voz rasposa, toque mis labios, estaban más que resecos. Enserio necesitaba encontrar agua pronto.
Volví al asiento del piloto y puse las llaves en el contacto, le di marcha al auto, pero el motor no me respondió, lo volví a hacer una, dos, tres veces, comenzaba a lamentarme mentalmente hasta que a la cuarta vez respondió.
—Gracias —musite, sí, durante todo este tiempo sola se me había hecho costumbre el hablar en voz alta conmigo misma, como si de alguna manera me hiciera compañía.
Empujando a los caminantes lentamente hice avanzar el auto, cuando quedaron atrás aumente la velocidad y los perdí. Seguir no fue problemático ahora, luego de beberme la mitad del agua que me sobraba, recupere un poco de energía, maneje hasta donde el combustible me lo permitió, no quedaba tan lejos la iglesia, pero el sol ya estaba saliendo, por lo que no tenía ni siquiera tiempo de buscar más gasolina, así que me colgué al hombro mi mochila y comencé a andar a pie.
Lamentablemente mis cálculos fueron muy malos, pues lo que parecían ser sólo dos horas de caminata, pronto se tornaron en tres y de ser tres, en cuatro. Sobra decir que mi poca reserva de agua se agotó, así que tristemente me encontré caminando bajo los rayos de sol. De un momento a otro, me sentí como un caminante, con un andar torpe, descuidado y sin un rumbo fijo, hasta que recordé que debía de llegar a la iglesia.
ESTÁS LEYENDO
El Arquero del Fin del Mundo
FanfictionVanessa Stride es una chica de origen latino, tiene un pasado oculto entre pesadillas que la atormentarán hasta el fin del mundo, pero aún así, nunca se rinde, ni siquiera en el apocalipsis zombie, aún cuando fue abandonada por su equipo, se arma de...