86.

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     Apenas desperté con los primeros rayos del sol, decidí levantarme, tomé una ducha rápida y prepare un pequeño desayuno para Daryl y para mí, sin embargo, cuando ya había acabado y confirme que Daryl seguía dormido, salí y fui a la casa de los chicos, por la hora seguían dormidos, era normal, estaba segura de que a ellos también les había costado trabajo conciliar el sueño.

     En cuanto llegue a mi destino, toque la puerta, no tardó en abrirse, Merle me miró confundido.

     —¿Qué sucede? —pregunto.

     —Ven a desayunar con nosotros —le pedí, él me miró sorprendido, sin embargo me sonrió y terminó asintiendo.

     —Voy en un momento, hermanita —respondió.

     —Bien —dije y me giré.

     Rápidamente volví a mi casa, justo cuando iba abriendo la puerta, Daryl bajaba la escalera, ya llevaba la ballesta colgada, apenas escuchó que cerré la puerta, bajó más rápido, le sonreí en cuanto llegó al pie de la escalera.

     —Buenos días —le saludé y caminé hacia él, lo envolví en un abrazo.

     —Buenos días —respondió y besó mi coronilla, a estas alturas, creo que era palpable el miedo y la tensión que tenía en estos momentos.

     —Prepare el desayuno, fui a avisarle a Merle, ya sabes, un desayuno en familia —dije en cuanto me soltó.

     —Todo irá bien —prometió, le sonreí con burla mientras él acariciaba mi rostro.

     —¿Seguro? —pregunte, a estas alturas, no era una novedad el hecho de que siempre se equivocaba.

     —Sí —contestó, justo en ese momento, la puerta se abrió, revelando a Merle, quien nos miró con una sonrisa.

     —Vaya, esto se siente muy normal —comentó mientras entraba, yo le tendi una mano, él la tomó y lo atraje hacia nosotros—. Estaremos bien.

     Yo asentí y los envolví en un fuerte abrazo a ambos, ellos me lo correspondieron y también se abrazaron mutuamente, éramos familia y debía de admitir que me dolería demasiado perder a alguno.

     —Bueno, hay que desayunar, se va a enfriar si tardamos —dije y los solté, ellos me miraron con una sonrisa.

     Sin prisas, disfrutando totalmente del momento, fuimos y desayunamos, concordaba completamente con Merle con respecto a que esto se sentía condenadamente normal, cosa que agradecía, ya que necesitaba esto antes de ir a la guerra.

     Para cuando terminamos, limpiamos y hablamos un poco sobre cómo nos distribuiríamos. Daryl le contó a Merle lo que tenía planeado y este acepto en quedarse a mi lado, apenas y pasamos un poco más de tiempo, cuando alguien vino a tocar nuestra puerta, fui a abrir y ahí estaba Rick.

     —Es hora de prepararnos —dijo, mi sangre se helo brevemente, pero terminé asintiendo.

     —Claro, les diré a los muchachos, te vemos en un momento —respondí, sin embargo, apenas me giré, los vi parados detrás de mí—. Iré por mi arco.

     Sin esperar respuesta, subí corriendo a mi habitación, tomé mi arco, el carjac y puse en un lugar seguro el álbum de fotos, para cuando estuve lista, me giré, encontrándome con Daryl, que estaba en el marco de la puerta, rápidamente caminó hacia mí y tomándome de las mejillas, me besó con mucha ternura, yo le devolví el beso y solo nos detuvimos hasta que quedamos saciados. Apenas y se alejó un poco de mí, presionó su frente contra la mía.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora