–Entonces… ¿Qué estamos buscando? –me preguntó Glenn mientras yo estaba con los binoculares.
–Una horda –respondí con sencillez.
–¿Así era nuestra relación antes? ¿Yo hacía preguntas y tú respondías con evasivas?
–No son evasivas, solo que estoy buscando algo… Saca el mapa de la guantera –le indique.
–Está bien –se resignó haciéndome caso–, ¿qué es el punto aquí?
–Donde… donde murió –susurré apretando los binoculares–. Como sea, ese día yo no estuve aquí, aunque sé por Aarón que la horda tomo esta trayectoria, va hacia un pueblo, no ha pasado mucho tiempo ni tampoco ha habido ruidos que los lleven a otro lugar, así que… iremos allí –decidí mientras bajaba del cofre del vehículo y entraba al auto–. Sube y agárrate.
–¿Estás bromeando?
–Nunca cuando se trata de mis amigos.
Sin rechistar, Glenn subió al auto y se quedó callado alrededor de veinte minutos, cuando nos faltaba poco para llegar al pueblo.
–Dijiste que íbamos a buscar a un amigo, pero luego que íbamos detrás de una horda, no entiendo –dijo, yo asentí mientras bebía un trago de agua.
–Lo sé, parece que olvidaste todo el proceso… Estamos buscando a un amigo que murió y se levantó como una de esas cosas para después unirse a una horda de caminantes –le explique, me miro sorprendido.
–¿Y por qué haríamos eso?
–Sé que no recuerdas nada, pero también era tu amigo… Cuando yo llegué a Alexandria no lo hice en mi mejor momento, me había separado de ustedes y estaba por mi cuenta, un par de idiotas me habían tomado como prisionera y planeaban intercambiarme, pero escapé, una de ellas me hirió antes de que los caminantes la atraparán y yo, bueno, digamos que estaba corriendo por el bosque descalza, con heridas en los pies y en una pierna, sin una sola arma y solo pidiendo que la pérdida de sangre no me hiciera detenerme en un mal lugar, para mi sorpresa me topé con un par de personas, Eric y Aarón, ellos estaban allí, buscando cosas supongo y no dudaron en ayudarme, debo de admitir que en un inicio me llevé mal con Aarón, pero con Eric fue diferente, nos caímos bien casi de inmediato, él fue mi primer amigo en Alexandria y así como él no me dejó vagar en el bosque sola, yo no planeo dejar que él haga lo mismo con personas que ya no lo son.
–Pero él tampoco lo es –señaló Glenn.
–Lo será cuando lo haga descansar –respondí tajante mientras me detenía a las afueras de la ciudad–. Bien, si una horda pasó por aquí no lo sé, así que supongo debo de llamar su atención, pero primero necesitamos hacer algo.
–¿Qué?
–Un cuello de botella.
Aunque Glenn no entendió mi referencia, no protestó para ayudarme a acomodar una serie de vehículos, el nuestro quedó en un espacio cerrado por un par de contenedores de basura, mientras que a nuestro lado estaban los autos con una sola rendija muy estrecha, solo un caminante podría pasar a la vez y aunque empujaran, no podrían mover todos los autos.
–¿Y cuál es tu plan ahora? –me cuestionó mientras comíamos una manzana cada uno.
–Comenzar un fuego o hacer ruido con el claxon, los caminantes nos escucharán y debido a que este es el camino principal, vendrán para acá, nosotros los veremos acercarse desde lo alto de ese tráiler y si Eric aparece, lo dejo pasar y cierro ese pequeño espacio… o les echo un poco de gasolina a los primeros caminantes, eso los confundirá, me dará tiempo para encargarme de Eric y que tú saques nuestro auto.
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El Arquero del Fin del Mundo
Hayran KurguVanessa Stride es una chica de origen latino, tiene un pasado oculto entre pesadillas que la atormentarán hasta el fin del mundo, pero aún así, nunca se rinde, ni siquiera en el apocalipsis zombie, aún cuando fue abandonada por su equipo, se arma de...