78.

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     Hace no menos de cinco horas que habíamos llegado a Hiltop, y justo en menos de cinco minutos después de que cruzamos la puerta, ya estábamos en el camper del doctor, pues Glenn había sufrido una hemorragia interna que requería operación.

     —Necesito tu ayuda —me dijo de inmediato el doctor, en una camilla estaba Maggie, en la otra Glenn—. Revisaré a Maggie, pero tú tienes que comenzar a tratar a Glenn, rasura el lado izquierdo de su cabeza y prepara los utensilios para operarlo, están en la gaveta de allá —me indico mientras levantaba la blusa de Maggie.

     —Ella también necesita ayuda —dijo Maggie en medio de un quejido.

     Quince minutos de viaje en la camioneta habían bastado para ponerla mal otra vez.

     —Yo te ayudaré —intervino Sasha, la mire agradecida y asentí.

     —Hay que apurarnos, Glenn nos necesita —concorde.

     Con Maggie, la cosa no había sido tan grave, el pequeño bebé seguía vivo y bien, la placenta había amenazado con desprenderse, pero apenas y se había movido un poco, o algo así le había explicado el doctor. Con Glenn, bueno, ello no había sido tan fácil, tuvimos que disminuir la presión en una de las venas de su cabeza, por lo que sangro demasiado y le tuvimos que hacer una transfusión para poder terminar la operación.

     Cuando acabamos con él, estaba totalmente agotada. Mis conocimientos habían servido, pero no me había sido muy grato ver el interior de la cabeza de Glenn, pues mi trato con la sangre seguía sin ser muy bueno, aunque me había podido defender, lo único malo, era que estaba en una especie de estado de coma y el doc tenía la ligera sospecha de que tal vez tendría una ligera pérdida de memoria.

     Finalmente, fue mi turno, no me había roto nada, solo tenía una fuerte contusión y un ligero quiebre de dos costillas, pero nada de que preocuparme. Era afortunada.

     —Entonces se toparon con los Salvadores —comento el doc mientras me vendaba las costillas, todas nosotras nos quedamos challadas—. En serio pensamos que la estación era su guarida, no saben cuánto lo sentimos.

     —Eso ya no importa, solo importa el hecho de que debemos de encontrar una forma de deshacernos de Negan y de toda su gente de una buena vez —respondi y mire el aparato de signos vitales que estaba conectado con Glenn—. Oye, ¿hay alguna forma de alterar esos aparatos?

     —¿Con alterar te refieres a..?

     —Lograr que emita los signos vitales y luego nada —aclaro Maggie, que estaba recostada a un lado de Glenn.

     —Sí, puedes grabarlo, así como con los ultrasonidos, ¿que planean?

     —Necesitamos fingir la muerte de Vanessa —respondio ahora Sasha, él me miro con un gesto confundido.

     —Se llevo a mi novio y amenazó con ocuparme para joderlo si se equivoca... Además parece que le interese a Negan, que me crea muerta es lo mejor que se nos ocurrió —le explique, él asintió.

     —Una vez que te crea muerta, deberán de "rematarte", ¿han pensado en que harán? —pregunto ahora él, las tres nos miramos y negamos, él asintió—. Podría indicarte donde hacer una incisión cerca de tu sien, no deberá de ser tan profunda, pero sangrara lo suficiente como para que lo crea... Tal vez solo con eso sería suficiente, claro, si no planea hacerlo él mismo.

     Todas nos volvimos a quedar calladas, no habíamos considerado esa posibilidad. Mire a las chicas y ellas asintieron, era una buena opción, pero arriesgada.

     —Bien, tengo que irme... No sé si Negan respete el trato y vaya en una semana o en dos días, pero sea cuando sea, yo estaré ahí, lista para morir —dije y me levante—. Me llevaré la camioneta, volveré cuando todo sea seguro, ¿sí? —les pregunté a las chicas, ellas asintieron—. Bien, me iré... Cuídense.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora