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-¿No resulta muy conveniente encontrarte a esta mujer años después? -le reclamo a Daryl mientras seguimos corriendo por los pasillos.

-Así te dé la mejor explicación del mundo, tú vas a seguir dudando de mí porque en estos momentos estás celosa.

-¿Y me culpas?

-¿Qué viste en ella que te haga dudar?

-Fue lo que oí, Daryl -respondí y me detuve cuando llegamos a una esquina, oíamos a otra persona.

Preparé mi arco, él me hizo una señal, salió primero, empezó a forcejear contra el sujeto y cuando se dio la vuelta con él, le metí mi flecha en el cuello.

-¿Y qué oíste?

-A ti diciéndole a una mujer que no soy yo que sólo ella te importaba. A ti ofreciéndole a esa misma mujer venir con nosotros -respondo y de pronto escucho más voces del otro lado de la puerta.

-Carajo -maldijo Daryl, iba a correr, pero de pronto reconocí donde estábamos.

Lo tomé del hombro y le señalé el pizarrón, si Maggie no se equivocaba, justo detrás de esto había un escondite.

Avancé y lo moví, este cedió fácilmente, pero el espacio era muy estrecho. Arrojé mi arco al fondo y Daryl me cargó, envolví mi cuerpo alrededor de él y así entramos en el agujero, justo a tiempo para volver a cubrirnos y evitar que nos atraparan.

Mirándolo, esperamos a que las voces se fueran para salir, cuando lo hicimos decidimos comenzar a buscar a Maggie y a los demás.

-¿Algo más que quieras decirme? -le pregunté a Daryl cuando me aseguré que nadie nos seguía.

-¿Vas a seguir?

-Daryl... No le dijiste de mí.

-Por supuesto que no y les hice creer que solo ayudé a Maggie y a los demás por comida, por eso estaba libre y no en una celda como...

-Uno nunca llegó a la casa de seguridad... Daryl, ¿acaso tú...?

-Intenté hacer lo mejor que pude para mantenernos vivos a ambos. No sé si él lo logró.

-Lo vendiste.

-No, Vanessa.

-¿Por qué no decir que estaba contigo? ¿Por qué no pedir piedad para él?

-Porque habría sido una estupenda idea, ¿no? Igual que el hecho de decirles que tengo esposa, así te habrían cazado a ti también y a la que hubiera tenido que golpear y torturar para evitar que ellos lo hicieran habrías sido tú, ¿no? -me reclamó, yo me quedé callada.

Y no supe por qué, quise comenzar a llorar.

-Vanessa, yo...

-Entiendo, ¿sí? -pregunté limpiando mis lágrimas.

-No era mi intención.

-Pero lo dijiste... Y te juro que te entiendo, pero... Te amo, ¿sí? Y no quiero perderte, menos por un fantasma del pasado... Uno por el que desarrollaste sentimientos.

Y de pronto me abrazo.

-El que debería dudar de que tú quieras permanecer toda una vida conmigo soy yo. Donde tú vas, yo te sigo. Tú cuidas de mí y yo de ti...

-Están aquí -dijo de repente la voz de Negan.

Ambos nos sobresaltamos y miramos la puerta, él nos veía con un ligero rastro de sonrisa.

-No digas nada -pedí riendo mientras me recargaba en el pecho de Daryl.

-Yo sólo iba a decir que tenemos a uno de los chicos malos detrás de nosotros y lo vamos a ocupar para salir de aquí.

El Arquero del Fin del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora