Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}

90.2

Para Taehyung, el camino de regreso a casa se sintió mucho más angustioso de lo imaginado, pues no sabía que era lo que se iba a encontrar una vez llegara.

Estar con Jungkook le había ayudado a despejar su mente y no pensar demasiado en lo ocurrido con Hoseok, de lo cual en realidad no tenía gran idea. Lo único que sabía era que Gomory había recibido un golpe agresivo por parte de su mejor amigo mientras que en el mundo interno, Aren, con una sonrisa siniestra y una actitud altiva, se negaba a salir para enfrentarle. Y es que esa identidad sabía que Jung, por muy enfadado que pudiera estar, jamás cruzaría el límite y se aseguraría de no dañar en exceso el cuerpo. Luego de eso, cuando una aterrorizada Gomory consiguió al fin provocar un switch, fue Taehyung quien se vio obligado a salir y tomar el control.

Y por supuesto que lo único que alcanzó a ver él fue a Seokjin y Kihyun intentando inmovilizar al bailarín para arrastrarlo lejos. Por otro lado estaba Yugyeom, quien le regañaba enfurecido y le preguntaba por qué siempre tenía que arruinarlo todo. Ese mismo joven de hecho, le hizo saber que le contaría todo lo sucedido al señor Kim para que este pusiera medidas más adecuadas. El pelirrojo solo se quedó mirando y escuchando sin lograr entender nada, a pesar de tener una ligera sospecha gracias a algunos recuerdos que Aren le había compartido en forma de imágenes. No obstante, cuando sus amigos desaparecieron de escena y quedó él solo en esa calle vacía, no pudo evitar deprimirse y sentirse asqueado de sí mismo al recordar la expresión dolida en el rostro de Hoseok. Pero peor se sentía aún no saber cuál era la magnitud exacta de lo ocurrido.

No obstante y a pesar de las horas tardías, él pudo deducir rápidamente por donde tiraban los tiros cuando, al llegar a su distrito, se encontró de bruces con varios miembros del grupo esparcidos en la calle formando barullo. Todas las miradas se posaron en él de inmediato, unas cargadas de terror y otras del desprecio más absoluto. Y de repente toda la escena se vio sumida en un silencio tortuoso, pues nadie le dirigió la palabra y a cada paso que daba, más distancia recuperaban con él para extremar la precaución. De fondo escuchó algún que otro comentario que aseguraba que su padre debería haberle matado hacía mucho tiempo, pero a esas alturas ya era experto en ignorarlos y no reaccionar ante ellos. Pues la verdad es que tampoco estaba en desacuerdo con esa manera de pensar.

Sin embargo, la situación cambió radicalmente para él cuando llegó a la verja exterior que rodeaba su enorme vivienda. La familia Jung se encontraba parada junto a la entrada principal, siendo los padres de Hoseok los únicos que se atrevieron a mirarle con odio desmedido. Por su parte, el bailarín retiró la vista antes de que ellos dos pudieran hacer contacto visual, porque no había manera en la que él pudiera mirar a los ojos del ya único hijo del líder en ese momento. Dawon se encontraba aferrada a los brazos de su padre, llorando desconsolada. Al lado de los cuatro se encontraba Seokjin, quien sí le dedico una sonrisa amable cuando el pelirrojo le miró.

Taehyung sintió el impulso de dirigirse al moreno, pero cuando abrió la boca e hizo el amago de hablar, con un gesto Seokjin le indicó que se detuviera. Porque definitivamente ese no era ni el lugar ni el momento adecuado.

Con una sensación horrorosa en el pecho, Kim terminó entrando en su vivienda particular y caminó cabizbajo por todo el jardín hasta llegar a la puerta de entrada de la casa. Su padre le estaba esperando dentro, detalle que la criada de la familia le hizo saber apenas dejarle pasar. Y fue entonces que le visualizó frente a él, cruzado de brazos y con una porte tan intimidante que logró estremecerle.

— ¿Hace fata que te diga algo? — La voz del líder impactó ruda en sus oídos.

Taehyung agachó la cabeza y no respondió, consiguiendo con su actitud sumisa que el ego de su progenitor se incrementara instantáneamente. Por su parte, el pelirrojo solo deseó que fuera Aren quien tomara el control de la situación, pues él no se veía capaz de lidiar con ella.