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Habían pasado más de dos horas desde que Youngjae y Jaebum se marcharon para comer, así que a Jungkook no le quedó de otra que permanecer en aquella habitación aislada sin poder hacer otra cosa más que trastear con su teléfono.

Aprovechó para responder los mensajes de Taehyung y para confirmarle también que había llegado sano y salvo a casa, pero no le comentó nada acerca de lo sucedido. Sobre la charla pendiente con Jaebum, prefirió mentir al pelirrojo y decirle que aún no había coincidido con el rebelde. Kim pareció entender, o creer en su palabra, y entonces avisó de que se encargaría de Seokjin junto a Hoseok, por lo que ellos mejor hablarían más tarde.

Así pues, el tiempo continuó avanzando y el aburrimiento le llevó a rememorar el día y la noche anterior. Se estiró en la silla y dejó caer su cabeza hacia atrás, con una sonrisa tímida deslizándose sobre sus labios al fantasear con la idea de volver a repetir la experiencia. Jamás imaginó su primera vez así, de hecho, antes de conocer a Taehyung ni siquiera pensó en que alguien deseara intimar con él de esa manera. Pero ahora que había sucedido se moría de ganas de repetirlo. Aunque ya no solo estaba emocionado en cuanto al ámbito sexual, sino que también sobre el hecho de pasar más tiempo junto al pelirrojo haciendo cualquier cosa. Descubrió que estar con él le ayudaba a despejar la mente y a olvidarse de sus problemas, además de provocarle una sensación de felicidad imposible de igualar. Parecía que se sentía de la misma forma para Kim, detalle que le otorgaba incluso mayor paz mental. Ellos se entendían y compenetraban bien, visto lo visto.

Jugueteó con sus pies en el suelo, inconsciente, mientras su mente continuaba divagando e inventando futuros y maravillosos escenarios junto a Taehyung. Ni siquiera tenía tiempo que dedicarle al reciente conflicto con Jimin, pues cada vez le importaba menos lo que pasara entre su mejor amigo y él. De hecho, ese sentimiento se extendía al grupo entero también. Últimamente, como que no le daba demasiada importancia a lo que pensaran o dijeran de él. Nada iba a cambiar, de todos modos, nunca encajaría allí. Pero tal vez, con el pelirrojo y sus amigos....

— ¿Jeon Jungkook?

Se incorporó bruscamente sobre la silla al escuchar la mención de su nombre. Sus ojos se toparon entonces con los de una mujer de mediana edad que lo observaba desde la entrada. Diablos, estaba tan ensimismado en su fantástica vida imaginaria que no se percató de la intromisión.

Ella no puedo disimilar su sorpresa al reparar en su rostro inflamado, principalmente en la zona de su nariz.

— Vengo a ver cómo va la hinchazón. — Le informó a la vez que se colaba en la habitación y cerraba la puerta a sus espaldas. — ¿Alguien más ha venido a revisarte hasta ahora?

— No. — El azabache se levantó de la silla, un poco incómodo.

— Bueno. Ven. — La adulta palmeó el colchón de la cama individual que todavía lucía intacta. — Siéntate aquí, así podré observarte mejor.

Jungkook obedeció y arrastró los pies hasta la cama para tomar asiento así como le pidió. Sintió una ligera punzada dolorosa en el trasero al subirse, pero nada en su cuerpo lo delató.

— Bien, alza un poco la cabeza y no te muevas. — Indicó ella, llevando dos dedos en forma de pinza al puente de su nariz para ejercer ligera presión. Jungkook cerró los ojos con fuerza y contrajo el rostro en una mueca de dolor cuando apretó. — Sé que duele, pero es el precio a pagar por meterse con el hijo del líder. — Señaló ella, sin malas ni buenas intenciones, simplemente por resaltar lo obvio. — ¿Quién en su sano juicio haría algo así? — Retiró la mano y la llevó a un pequeño botiquín que trajo con ella.

Jungkook, por su parte, prefirió optar por el silencio y desviar la vista.

— Solías ser un niño muy bueno, ¿qué pasó contigo?

Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora