— ¿Tae? Tiempo sin vernos.
— Mark hyung... — Luego de asimilar que no era Minjae la persona que esperaba por él, el pelirrojo frunció el ceño, ligeramente contrariado, apenas reconocer al chico que había decidido invadir su propiedad sin permiso. Y es que, ¿de verdad Seokjin había tenido las agallas suficientes como para engañarle de esa manera? — ¿Qué haces aquí?
— Me enteré de lo de Jennie, Namjoon me envió un mensaje para avisarme de lo que había pasado con ella y, bueno, con todos vosotros en general. — Aseguró el contrario, dedicándole una sonrisa tristona. — Vine a despedirme de ella, ya sabes.
Taehyung no reaccionó, pues no quiso mostrar ningún tipo de debilidad en base a los sucesos recientes por mucho que, en el fondo, le doliera un poco la pérdida de su hermana. Incluso si creyó que no sería así.
Es decir, sí, eran hermanos de sangre, pero su relación no era ni tan buena, ni tan cercana. ¿Amor? Por su parte ya no había rastro de ese sentimiento. ¿Aprecio? Quizás, de eso, sí que quedaba un poco.
Sin embargo, aunque la muerte de su familiar le había hecho llorar a escondidas y había golpeado su corazón más fuerte de lo que quisiera admitir, entre Jennie y Hoseok, agradeció que el miembro caído hubiera sido su hermana pequeña. Porque, mierda, él no soportaría la pérdida de su ser más querido. Ese moreno amigable y lleno de vida que se había encargado de proyectar algo de luz en sus más oscuros pensamientos, tenía que quedarse a su lado por muchos años más. Él mismo se aseguraría de protegerlo y asegurarse de que así fuera, aunque a veces la cagara.
— Tu padre está pasándolo mal, así que supuse que para ti también es difícil. Decidí regresar a casa ante la duda, solo para verte y estar contigo estos días. Un poco de compañía en los momentos duros nunca viene mal. — El mayor habló de nuevo, con voz calmada. — Además, sé que entre vosotros dos, no os vais a apoyar.
Taehyung le miró ausente, sin mostrar reacción alguna ante sus palabras. Ninguna palabra escapó de sus labios tampoco, pues el chico parecía haberse quedado de piedra ante esa repentina visita ahora que comenzaba a darse cuenta del peso de la realidad. Habían pasado años desde la última vez que vio al muchacho que ahora le miraba con amor, y vaya si lo había extrañado, diablos.
— Bueno, ¿vas quedarte ahí parado o qué...? — Mark sonrió ampliamente. — Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi, ¡al menos deberías venir corriendo a abrazarme y decirme que me extrañaste! — Exigió en un falso berrinche, terminando por abrir los brazos cuando el pelirrojo, quien al fin pareció reaccionar, caminó en su dirección a paso apresurado.
Pronto ambos se encontraron fundidos en un abrazo fraternal.
— ¿Cómo has estado este tiempo? — El mayor se separó del chico luego de unos intensos segundos en los que, el más joven, se había aferrado a él con algo de desesperación. — Por más que te hablaba por kakao, con suerte me contestabas una o dos veces al mes. Y eso exagerando. — Revolvió su cabello tintado, alborotándolo con gracia. Y fue entonces ese momento, justo ese en el que sus ojos observaron de cerca el rostro del hijo del líder, que reparó en varios detalles que no le gustaron ni un poco. Taehyung lucía bastante más delgado y demacrado en términos generales y sus ojos, sus enormes ojos almendrados, se encontraban algo hinchados y brillantes. — ¿Has estado llorando? — Arqueó una ceja, dubitativo.
— No. — El pelirrojo sonrió muy vagamente, agitando la cabeza en negación. Detuvo la mano de su hyung cuando este la alzó e hizo el amago de tocar su rostro.
— Mentiroso... ¿acaso es por Hoseok? — Preguntó entonces, queriendo encontrar la respuesta.
— ¿Hoseok?
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Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}
Fanfiction▬ Fic lento y extenso. ▬ Khangpae ha sido la mafia surcoreana más temida de Corea en los últimos 50 años. Jeon Jungkook y Park Jimin, integrantes de la banda, han sido entrenados durante su niñez y adolescencia para convertirse en extraordinarios as...