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Llegar y entrar a casa de los Park con una enorme sonrisa por el simple hecho de recordar que se reencontraría con Jihyun, fue un error por parte de Jungkook. Y es que, apenas cruzar bajo el umbral de la puerta, un objeto pesado y grueso impactó bruscamente contra su rostro, consiguiendo que emitiera un doloroso quejido a la vez que ocultaba su cara entre sus manos.

Justo a su lado, Jimin se sobresaltó y asustó en su lugar cuando dicho objeto voló en dirección a ellos con rapidez, casi sin darles tiempo a reaccionar. No obstante, luego de percatarse de que este iba dirigido únicamente a su amigo, quien se encogió a causa del dolor apenas recibir el impacto, frunció el ceño con molestia y lo tomó del suelo dispuesto a lanzarlo de vuelta hacia la persona que había atacado primero. Dispuesto, además de jodidamente cabreado, a enredarse en un enfrentamiento violento si hacía falta.

— Líder, no es por hacerle enojar, pero... ninguno de los dos parece tener muchos reflejos. Jimin tampoco hizo amago de defenderse.

El rubio, con el brazo ya alzado, detuvo sus movimiento y se congeló en el mismo momento en el que reconoció esa voz. Esa maldita voz que hacía chirriar sus oídos y le provocado tal grado de irritación que lograba modificar por completo su estado anímico de un segundo para otro. 

Kwon Jiyong, el odioso cabecilla del grupo de novatos. ¿Por qué estaba en su casa, otra vez? Ese estúpido se había acostumbrado a pasar demasiado tiempo en su vivienda.

— No me mires así, Park. — El mayor le sonrió suavemente. — Y baja eso, ¿o pretendes devolverme el golpe?

Jimin miró a su padre, quien se encontraba parado justo al lado de aquel que demostraba actitud soberbia. El hombre, cruzado de brazos y con una expresión seria en el rostro, tan solo negó con la cabeza, manifestando decepción hacia ese par de recién llegados.

— No te atrevas, Jimin. Suéltalo. — Dijo, con voz severa. Y aunque su hijo obedeció y dejó caer el objeto al suelo, el cual resultó ser una figura de decoración, igualmente le dedicó una mirada llena de rabia e impotencia.

Y es que, cada día que pasaba, el rencor y el odio que el rubio sentía hacia su progenitor se iba multiplicando de manera preocupante.

Ignorando el gesto irrespetuoso del rubio, el líder posó sus ojos en Jungkook para valorar su estado, sonriendo vagamente con los labios sellados. Jimin dirigió también su atención a su mejor amigo también, preocupado.

Por su parte, Jeon había descubierto su cara y ahora tan solo presionaba superficialmente con un dedo su nariz y ojo izquierdo, en un vano intento de calcular como de grave había sido el daño. Sentía la zona magullada palpitante y muy sensible, más un dolor punzante que provocó que sus ojos se aguaran un poco y brillaran como si estuviera a punto de llorar. No obstante, no quiso hacer un drama por ello y se esforzó en actuar lo más sereno posible, pestañeando varias veces para hacer desaparecer las lágrimas que amenazaban con derramarse. Alzó la cabeza y miró a Jimin, dedicándole una sonrisa nerviosa y temblorosa cuando se encontró con la expresión asustada del chico.

— Estoy bien. — Susurró, en un intento de tranquilizarle. — Fue un accidente, supongo.

— Oh, no. Te puedo asegurar que no lo fue. — Jiyong habló con confianza, atacando directamente a la paciencia del hijo mediano del líder.

En ese momento, Jimin explotó y tomó la figura que previamente había dejado caer al suelo, caminando hacia Kwon con rabia y lanzándola de manera violenta en su dirección. El mayor se inclinó hacia un lateral y la esquivó con facilidad, pero todos escucharon el impacto de esta contra uno de los muebles que adornaban la otra punta del salón. Uno de los cuadros del fondo cayó al suelo y el cristal estalló en mil pedazos. Sorprendido por la reacción agresiva del rubio, Jungkook no supo cómo reaccionar realmente. Y, mucho menos, como actuar teniendo en frente al padre de su mejor amigo.

Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora