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Con un mohín en los labios y cruzado de brazos justo a la entrada del salón, Jimin observó cómo su hermana trataba infructuosamente de ayudar a su padre a comer. El hombre se encontraba postrado en una silla de ruedas, presentando dificultades motoras que si bien los doctores especializados dijeron que serían síntomas pasajeros y con el tiempo lograría recuperarse, sus tres hijos no estaban tan seguros de eso.

Por parte del rubio, pues no le importaba demasiado si su progenitor mejoraba o se quedaba así para siempre. Muy por el contrario, su hermana mayor rezaba por que el adulto pronto pudiera ponerse en pie y de esa manera continuara con su deber de liderar el grupo, como siempre. Jihyun se encontraba posicionado entre ambos, él no estaba muy seguro de cuales eran sus deseos respecto a su padre. No obstante, sí que le generaba un poco de angustia ver como la mayor de los Park se esforzaba por cuidarle mientras el mediano solo miraba desde lo lejos, demasiado desinteresado con todo el asunto.

— Papá abre la boca. — Jisoo gimoteó frustrada, arrimando los palillos a los labios sellados del adulto que aún no podía valerse por sí solo. — Tienes que comer...

— No tengo hambre. — Él desvió el rostro hacia un lado y suspiró con cansancio. Ella era un poco pesada e insistente.

— Ya, pero-

— Si no quiere comer déjale. — Jimin intervino desde su posición, arqueando una ceja con molestia cuando el adulto le miró. — Al final es él quien pierde.

— ¿Y tú qué? ¿No vas a disculparte? — Preguntó el señor Park con una media sonrisa y voz calmada. — Ahora que por fin te dignas a hablarme....

— ¿Debería? — El rubio frunció el ceño y se mantuvo firme en su lugar. — No lo creo.

— Hijo... ¿sigues tan enfadado conmigo?

— Si vuelves a intentar hacerle algo así a Jungkookie, ten por seguro que te arrancaré la cabeza para que no tengas otra chance de vivir y no puedas volver a preguntar semejante gilipollez.

El hombre emitió una risilla déspota a la vez que Jisoo chasqueaba la lengua con molestia. Acto seguido la chica se levantó y recogió los platos, caminando directa a la cocina y parándose junto a Jimin solo por un segundo.

— No empieces una discusión ahora, te lo pido por favor. — Susurró en su oído. — No tengo ganas de aguantar vuestra mierda justo hoy, ten en cuenta la situación en la que estamos por una vez en tu vida.

El aludido la miró de lado y resopló, terminando por retirar la vista hacia el otro costado. Ella continuó hacia la cocina y entonces el líder volvió a reclamar la atención de su hijo mediano.

— Jungkook merecía una lección. — Espetó con fastidio pero de manera tajante. — Tú viste el video de él magreándose con ese pelirrojo, ¿verdad? O al menos tuviste constancia de ello. Entonces dime, ¿te pareció normal eso? Puso tu vida en riesgo acercándose al enemigo y creando un vínculo asqueroso con él. ¿Y qué te enseñé yo de las personas que te traicionan? — Jimin afiló la mirada hacia su padre. — Que hay que eliminarlas de tu vida sin importar la relación que tengas con ellas, ¿no? No sé cuándo lo vas a entender, porque ya van dos. — Alzó su dedo índice y medio hacia el más joven. — Ya van dos personas que se burlan de ti y se aprovechan de tu confianza. Y quizás eso sea culpa mía y de tu madre. Quizás no te enseñamos como escoger amistades de la manera correcta. Pero Jeon Jungkook actuó mal y puso la vida de uno de mis hijos en riesgo, cosa que no puedo olvidar ni perdonar. — Jimin se mantuvo en silencio, sin saber qué decir. — ¿No opinas igual?

— No. — Musito en un hilo de voz.

— Predecible. — El líder le mantuvo la mirada también. — Eres igual que tu madre, ¿sabes? Cuando te miro, solo puedo verla a ella y a su maldita costumbre de perdonar todo. La diferencia es que ella si sabía en quien podía confiar y en quien no, sin em-

Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora