— ¡Taeyang! ¡Ven aquí, debes tomar la merienda!
Apenas escuchar aquella dulce voz femenina, Taehyung alzó la vista del suelo y la posó en un pequeño niño que corrió eufórico en dirección a la mujer responsable del sonoro reclamo. Sus ojos se mantuvieron fijos sobre el menor durante todo ese periodo de tiempo en el que la madre, quien resultó ser extremadamente afectuosa con su retoño, arregló y sacudió sus prendas manchadas de arena muy por encima para después entregarle un bocadillo y una bebida en frasco que Kim no alcanzó a distinguir. Se aseguró también de besar la frente de su hijo antes de animarle a regresar con sus amigos, quienes esperaban por él en la zona de los columpios. No obstante, incluso cuando el pequeño regresó con su grupo, ningún otro infante allí presente consiguió llamar la atención del chico sentado en esa banca cochambrosa situada cerca del parque. Aunque no lo suficiente como para que su presencia fuera tomada en cuenta por los más adultos.
A decir verdad, Taehyung no era un amante de los niños ni mucho menos, pero sí que tenía la costumbre de acudir a zonas infantiles a menudo con el fin de despejarse. Para su suerte y desgracia de otros, había descubierto que los gritos agudos, la locura desenfrenada y el barullo predominante en aquellos lugares destinados a las reuniones familiares y amistosas eran, por el momento, el remedio más acertado para mantener su mente ocupada y evitar así que esta divagara y comenzara a sumirse en un tipo de pensamientos un poco más nocivos. Nocivos para el resto, no para él.
Sin embargo, ese día prometía ser ligeramente diferente, pues algo dentro de su entero organismo comenzaba a interesarse por aquel joven infante cuyo nombre había retumbado fuerte en su cabeza, consiguiendo así su completa atención. No obstante, aunque su posición era distante, se mantuvo observando con cautela y con una paciencia digna de admiración al sujeto que le generaba tanto interés. Y es que, por su parte, no había prisa ninguna, pues no tenía nada mejor que hacer ni existía lugar alguno al que debiera acudir por las próximas horas.
Y si ese niño había entrado en su campo de visión y había robado su atención, bueno, por algo sería.
O O O
Para Namjoon no pasó desapercibido el hecho de que la oscuridad cubría ya por completo todo el exterior, pues la tenue luz de la luna era lo único que se colaba por el cristal de la ventana. De hecho, fue por eso que alzó la vista del libro que estaba leyendo solo para comprobar la hora en el reloj de su muñeca. Frunció el ceño con disgusto al reparar en las altas horas de la madrugada.
— ¿Deberíamos ir a buscarle? — Preguntó entonces, desviando su atención hacia sus dos compañeros presentes, quienes ocupaban cómodamente el sofá situado frente a él mientras disfrutaban de una película en la enorme televisión y la cual, a su vez, no despertaba interés alguno en su persona. — Hace muchas horas que no sabemos de él. — Alegó, comenzando a preocuparse. — Eso no es una buena señal.
— Por supuesto que no. — Seokjin agitó su mano en negación, dedicándole una sonrisa amigable. — Hoy fue un día difícil para Taetae, necesita desahogarse a solas. — Recordó, regresando su atención a la TV.
— Pero es tarde. — Insistió el menor, mirando en dirección a Kihyun. — ¿Vamos nosotros dos a buscarle?
— No sabemos dónde está. — Yoo ni siquiera despegó su vista de la pantalla, demasiado ensimismado con el aparato. — Y es imposible encontrarle a estas horas.
— Por eso digo de ir a buscarle. — Namjoon arqueó una ceja, algo molesto al sentirse ignorado.
— Nam. — La voz cálida de Seokjin no fue suficiente para relajarle. — No te preocupes tanto, ¿hmm? Incluso si vamos a buscarle y le encontramos, depende de él que quiera volver a casa con nosotros o no. — Señaló. — Si no tiene ganas de regresar, va a suponer una completa pérdida de tiempo porque va a huir en cuanto nos sienta.
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Mal presagio {Taekook/Yoonmin/2Jae}
Fanfiction▬ Fic lento y extenso. ▬ Khangpae ha sido la mafia surcoreana más temida de Corea en los últimos 50 años. Jeon Jungkook y Park Jimin, integrantes de la banda, han sido entrenados durante su niñez y adolescencia para convertirse en extraordinarios as...